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tura, los caldenes. Enredaderas vari as los
ent zan
y
adornan con sus cintas
y
encajes. Y codeándose
aq'uí y allá con ellos, se alzan individuos aislados de
cácteas; con sus pencas ven.les y sus t.unais moradas ·
o amarillas ...
La vegetación que oorda el suelo se compone, en
/general, de
g'l.~amíneas:
a trechos en forma de mRtas,
a veces como alfombras raídas
y
rotas. Hay algunas
sinantéreas
y
pequeña~. euforbias;
jaril1as, cardo-san–
tos, vinagrillos, etc...
3.
Sierras de
Oórdobci.
-
Después se tropieza con
las primeras lomas de
fas
~ierras,
que aisladas de la
Cordillera se extienden al oeste de Córdoba. En ellas
(según Lorentz) hay tres
p~sos
distintos de vegeta–
ción. El ·súperior es la región de la
qiimíua)
soUtaria
de l,as ·. cumbres. El segundo, debajo, es la zona de .
los
past.osalpinos.
Entre estos predom.ina la
stipa)
y
asoman algU:nas
varied~des
de 'flor de papel'.
No
.
.
- hay casi árboles en esta zona; sólo, de vez en cuan-
do, uno que otro cochncho de copa muy verde...
El piso inferior, o ele las faldas, esconde rincones
que - según La.tzina - son
lin"dós
retazos de 's.elva
tucu.mana
O·.
misionera'; qasis subtropic'ales todea–
dos ·de. 'quebrachos, algarrobos
y
chañares '. Allí, ,
en lo más tupido, bignonias de :flores rojas se enre-
.dan en los árboles; en los claros, 'otra
bignoniáce~
(la
Trompetilla de Venus)' abre sus ':flores blancas',
y los
.Lyoium
sus 'flores azules'. En esos mismos cla ·
ros crecen olorosos poleares; eno.téreas de corola