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que siendo vecinos de Cbuquisaca, los había tiempo
antes llamado el general Juan Pérez de Zurita para
que viniesen a poblar la cidad de Nieva» ... (Lozano,
op.,
t.
IV,
pág.
179).
Hecha la
poblaci~n,
dejóla a
cargo de Pedro de Zárate, y se volvió a Santiago.
2.
Alzaniiento diaguita. .,.. -
Como Zurita tuvo un
tino especial para construir, Castañeda lo tuvo sólo
para destruir. Casi inmediatamente de hacerse cargo
del gobierno, 'se malquistó con los conquistadores'
y
terminó por provocar «un alzamiento general de
los Diaguitas de Catamarca.
En
los combates y asal–
tos, perecieron
25
ó
30
españoles,
15
mujeres y ni–
ños, muchos indios auxiliares, hasta que al
fin
fué
preciso abandonarlo todo y recogerse a Santiago del
Estero» (Larrouy,
op.,
pág.
47 4) .
El j efe del alza–
miento indígena fué, como se sabe, el famoso caci–
que llamado don Juan Oalchaquí, a quien los valien–
tes capitanes Nicolás Carrizo
y
JuUán Sedeño hu–
bieron de hacer pri sionero
y
dar la libertad desr ués,
a fin
de apaciguar a los indios. No se consiguió ésto,
sin
emba~go;
antes fué cansa de Ja muerte de Julián
Sedeño, en una emboscada preparada por el
mis~o
cacique, en el valle de Yocavil (Lozano,
op.J
t.
IV,
,
.
~
pags.
186-188).
3.
Despoblació1i de cii¿dades.
-
Las primeras ciu–
dades que hubieron de despoblarse, a causa de este
levantamiento, fueron Londres
y
Cañete; luegq cupo
igual suerte a Córdoba. Según el conquistador A1on-
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