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tra.ducci ne fran ·e a.

(Tyra,

en vez de:

Lyrci)

tambi n 11 mo on ul–

tado una de ella .

De la obra de Aco ta. repro lucimo l

i ·uiente párra}

n c -

rre ponden al principio

~

fin del capi'tulo IV, libro V:

Del p1·imer géne-ro

de idolatría de cosci nciturales y universcile

.

[p.

10].

«De pué d 1

Viracocha

o supremo Dios fué

y

en los in-

fiel .. el que má comúnmente veneran

y

adoran, el sol,-y tra él otra

~osas

que en la [p.

11

l

naturaleza cele te o elemental se eñalan, como

luna, lucero, mar, tierra.. Lo Incas, señores del Perú_, despu del

Vira-

'.cocha

y del

~ol,

la tercera o·uaca o adoratorio y demás veneración ponían

al trueno al cual llamaban por tres nombre :

Ohi¿quilla_, Oatuilla

e

1nti–

illapc¿_,

fingiendo que es un hombre que está en el cielo con una

honda~

una porra, y que está en su mano el llover, granizar, tronar y todo lo

demás que pertenece a la región del aire donde se hacen los nublac101:.

Ésta era guaca (que

a.sí

llaman a sus adoratorios) general a todo los in–

dios del Perú, y ofrecíanle diversos sacrificios, y en el Cuzco, qne era la.

·cort~

y

metrópoli, se le sacrificaban también niños como al sol. A esto

tres que he dicho,

Viracocha_,

ol y trueno, adoraban en forma diversa

<le todos los demás, como e cribe Polo haberlo él averiguado, qu era

poniendo una mano como manopla o guante en las manos cuando la

alzaban, para adorarles. También adoraban a la tierra que llamaban

Pa–

·Chamama

al modo que los antiguos celebraban la dio"ª Tellus; y al mar

-que llamaban

11.amacocha,

como los antiguos a la Tetí o a Neptuno.

También adoraban al arco del cielo, y era armas o insignia del In a

-con dos culebras a los lado a la larga. Entre las estrellas, comúnment

todos adoraban a la que ello llaman

Oollca_,

que ll amamos nosotros la ·

cabrillas. Atribuían a diversas estrellas, diversos

[p.

12]

oficio y ador{t–

banlas los que tenían nece iclad de su favor; como los ovejero hacían

veneración y acrificio a una estrella que ellos llamaban

Urciwhillai

qu

dicen es un carnero de muchos colores, el cual entiende ser lo que lo

.astrólogos llaman

l1ira.

Y lo mismos adoran otra dos que andan cer–

·ca de ella, que llaman

Oatiwhillay_, Urcuchillay_,

que ·fingen ser una oveja

con un cordero. Otros adoraban una e trella que llaman

Machaci¿ay_,

a

cuyo cargo e 'tán las . erpiente y culebra para que no le hagan mal·

-como a cargo de otra estrella que llamaban

Ohitqiiichi?~chay_,

que s tigre,

están los tigre , o. os y l ones. Y, generalmente, de todos los animal y

:aves que hay en la

tier~a,

creyeron que hubie e un semejante en el ci -

lo, a cuyo cargo estaba u procreación

y

aumento;

y

a

í

tenían uenta

-con diversas estrellas como la que llamaban

Ohac_aria_, Topa torca,

ltf

am,a–

na_,

Miroo_,

Miqitiquiray_,

y así otras que en alguna manera pare e qu

tiraban al dogma de' las ideas de Platón...

»

[p. 15]. «El modo de hacerle adoración al

Viracocha

y al ol a la

estrellas y a las demás guaca o ídolos, era abrir las manos

y

hacer cier-