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...
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LLAUCANA.
f.
Varita de hierro
que sirve para escarbar y reco–
nocer superficialmente i.ina ve–
ta.
Viene del quichua.
LLAUPANGUE.
m. Planta que
cultivan en los jardines de
Chile, y cuya raíz contiene
bastante tanino.
Del araucano
llagh,
pedazo, y
pangue.
N
o~bre
genérico de
plantas vivaces, con hojas amon–
tonadas en la base y tallos en
forma de bohordos, con flores
bastante grandes, rojas, que se
cultivan en los jardines y de
cuyo
~umo
se hace tintura para
el cabello.
LLAUQUEARSE.
r.
Desmoro–
narse.
Según dice Román, único de
nuestrns lexicógrafos que apunta
esta voz, sólo se conoce en cierto
lugarejo de Chile. Lenz no lo
trae, ni hay razón para darle lu–
gar entre los chilenismos.
LLENADOR, RA.
adj. Dícese
del alimento o bebida que pro–
duce pronto hartura
o.
sacie–
dad.
LLEULLE.
adj.
Inepto, inútil.
LLEUQUE.
m. Arbol chileno de
fruto comestible.
MACANO.
m. Color obscuro que
se usa para teñir lana.
MACETA.
f.
Ramillete, mazo
de flores.
MACURCA.
f.
Agujetas.
Es voz aimará. No correspon–
de en realidad, al equivalente
M
J.
T.
MEDINA
.
Arbol de la familia de las ta·
xáceas, de hojas tiesas lineares,
puntiagudas en las extremidades,
lustrosas en la cara superior,
glaucas en la inferior, y con el
nervio medio muy saliente; in–
florescencias femeninas axilares;
semilla verde drupácea, globosa,
dispuesta en pequeños racimos y
parecida en su forma y tamaño
a
pequeñas guindas, que son co–
mestibles. Su madera es estima-
.
dísima.
LLIGUES.
m. pl. Habas teñi–
das que se emplean en algunos
juegos a manera de dados.
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2.
El misµlo juego.
No es del caso describir aquí
este juego, que todavía se con–
serva entre los indios vecinos de
la antigua lmperiar, y que ha si–
do recordado por varios de nues–
tros cronistas de la colonia.
LLORAR.
intr. Llorarle a uno.
una cosa.
fr.
Sentarle bien.
Tiene un lunar que le
LLORA.
LLORÓN, NA.
adj. Dícese de
la pluma del sombrero de mu–
jer que cae como las ramas de
un sauce llorón.
Pasó ya 'la moda
y
con ella el
adj. aquí apuntad?.
español que se indica, pues los
dolores que produce la
macurca
se sienten en las pantorrillas por
efecto de un descenso continua–
do en los cerros, y cuyo remedio,
se asegura, está en repetir la
misma operación.