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EN LA TIERRA DE LOS INCAS

timo

cuartillo;

se perdió por tras dífls,

y

después,·volvió a

casa con un ojo hinchado y

"muy mal de la ca.beza!'.

t:;obre el dt'saseo del Cuzco todos los visitan"lies tieneR

recuerdos desagmdables. Ofende por igual la 'ista y el

olfa~

to por todas partes. Las

a,r.equias

en medio de la calle tienen

·poca agua duran te la estación de :secas, y como reciben te:>!

das las aguas

sucia~

de las casas,

FOn

por lo general mal

olientes, y con

~el'lo má~

f'SP

ba~u1

ero . tropical o ·gallinaz0

.ordinario, nunc ·1 sen ,·entura en etita elevada región.

· Proba~

blem.:mte no se ve en ni11guua partH del mundo espectáculos

tan extraordinarios como lus que ¡;:e oirecelil al borde de las

acequias

en lui:;

¡

rimeraJs hol'as de la mañana.; ciertamente

·uada más espantoso para los ojos del exti'anjero

a~ostum-

brado a

la

hone~tidad.

(1)

·

El "cuatro de jnlio" peruano ocurr-e el . veintiocho, ani–

"·ersario de la inde¡.H:'Ildencia

y

se cel.-br6 a los dos días de

mi Jlpgada al Cuzco. Se inició con las mismas detonaciones

~ulfnrotlaS

a qne

e~tarnos

acostu!ubradol:! en

nuest.ro

país.

Hubo una revista de las tropas de. la guarnici6lil y del bata-

116n de voluntarios

y

a,si'Stencia de los notables a la cate–

dral. con ::>ermó d , uno de

lo~

r·an6;nigos,

en

el

<'!nal, por

mal de sus

cnlpa~,

rep ·och6 1:1l Gobierno .Y fué anestado en

-la noche. Los e8tmclian{es de la Uni,·ersidad, patrió.ticos

co~

molo son siPmpm los estud iaDit:Ps, fuel"olíl

]n¡.;

más activos

partícipes ep las

fiPst.as

del Clía. Vestidos todos fle frac, con

curiosos sombreros de-tre¡:; picos·, como los

éleves

de St. Cyr

en París. Ellos

con~tituyeron

el principal atractivo en la

procesión de la ta·rde en que arrast,¡·aron po1· las caHes una

nidiaute Diosa de Libertad, en fot·ma de nna gTan muñeca

·con bncles rubios

y

un gorro ·frigio resplandeciente de

oropel, montada sobre las ruedas de la única pieza de ar–

tillería que un gobierno prudente conti6

<t

los un tanto tur–

bulentos ciudadanos del Cuzco. Los indios miraban con .aire

,indiferente corno algo q,ue les importaba poco a ellos

y

sólo

bebieron algo más

ue

cLicha que de costumbre. El g-ran a–

contecimient.o del día fué la explosión de un barril de pólvo–

ra en el

cuartel,

ql~e

era el ·convento coufiscado a los j..,sui-

·,

1

(ll.

En más de s•senta años transcurridos desde la

visit~

del autor

al

.P<!rú

[1863]

"el' proverbial desaseó del Cuzco" , muy exagerado por cierto,

ha pasado a la historia. Hace muchos añ0s que los ríos y las acequias han

sido abovedados con el producto de impuestos locales y aumentada

1'1

do–

tación de agua. La comfJletación

y

renovación de estas obras va siendo

terminada por la Foundation Company. Los hábitos de higiene se han

inculcado en la masa del pueblo, constituyendo

la

principal preocupación

•de la extensión universitaria, de los maestros de escuela, de la prensa, de

, las

i.nstit•1~iones-

y

dd público en general.--.N. del T.

.