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EXPLORACIÓN E INCIDENTES DE VIAJE
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a ímpulsos ·de un espír·itu tan
em ;>reni~dor
como el ele! q •1
ha penetrado las miste ri osas soledade3 ele l!'L Arnér·ica u .!
Centro y del Yucatán".
.
En aquellos
tiempo~.
rnny joven a ún, estab<t empeñado
con escasos recur·sos, pero pr·opñsito fir me Pn PI e..;t,udio de
los monumentos abod genP.s del vall e cl Pl
~1 i ss_i ~ipí
y
no fuí
sordo a las pala bras de Pmscott. Uno dP lo-; re.·n l t;-td tH de
mis
investig~;~.ciones
fué la
calnru~;¡
<tmi'lta rl personal
dP
a–
quel clis'flinguido historiador·. Pr·incipn.Irn ,
r.tApor
Sil"!
in–
fluencia s fuí enviado como repr·esen t¡-¡,n te de Joq · K E O.
U.
a Centro Amér-ica donde toLlo
el
tiempo desocn parlo lo
dediqué al descubl'imiento de Jos rectll'So,.;
y
a la
e lnc ida,~ión
de la histol'ia precolombina, todavía itn pP r·fe .trtmente com–
pr·endida de
aqu~ (( ii;
inter-esant.
re.~iÓTl. f~~
1
t) [
H
tnic; tral>
l.–
jOS
fní estimnlado de vflras
y
co n-;tantem.. nt'-' po r la s im pa–
tía y por el aprecio que le 'm ,recie ron mi..; estucl ios a
a(]ll ~'l
hombra estim::t.ble
y
concienzuJo in '' e.,
;t.ig;r,,l or. .\ sí, el vi,·Ütl-\,l'
la
ti.erra del Sol
y
rer.diz ~tr
siqniera en p :nt.e
~lB
a:;p ira
i o~
nes, vir:Io a ser un l'opó::?ito capi,t a l de mi '¡iJ a .
Pero ci cun tam ias inexor i'l.hles, ocupac iones d ,ri\'Mi –
·vas y las mi icisitudes qn hacen de no:-;ot,ros lo que orn
~
e impiden lü
quPr
diér·aml:>s
.:~ r·.co ncur r·i
,ron a fr·u..;tr·ar mis
aspimeiones; aún
l.Uá&,
debido a la
~;¡,
ei<ío desmedida, clP la
intemperi
a rabaj•J excest \'C', la lnz hmyñ dP
mi ~
ojos
y
un negro velo se interpuso entre ellos y ellHillant.e y m'
vil
mundo extP.rior. FuP.ron vanos los esfnel'zÓs de los mejores
oculístas quien es me dij el'on que debía en tregrtrme a un re–
poso mental absolnto, si no qde r-írt condenarme a una total
ceg uera y que el de;;canso
y
un cam'bi o completo rie m ,dio y
de ocupación , podrían quizás, hacerme recuperar, siquiem
en parte ln. visión perdiua.
Entonces y sólo entonces una serie de circun stanci as
inespera das me pus ieron en
v ía~ d~
rea lizar el sueño que tan–
to tiempo había acarici a do. Fuí nombrado comisionado de'
los
E.
E.
O.
U.
en el Per·ó , encargado de finiquitar la.s recla–
maciones de ambos países.
"Lejo~
de la ft eb r·e de lo:> neg-ocios
y
del asalto de los periódicos de la maña na ; en los tibios co–
rredor·es del Palacio de la Inquisición, en Lima, la Ciudad de
los Re_yes donde mur·ió su fundador Pizarro, .escuchando
tranquilamente las citl'l.s Je Vattel, Puffendurf,
y
Weaton ;
tasando el guano con indiferencia qne podría asustar a los
económicos
ag-ricultore~;
y arreglando en un día las recla–
maciones que habían dado lugar al envio de más de un bu–
que de guerra al rededor del Cabo de Hornos y había n oca–
<;:ionado en momeutos de terrible exaltación, la injuria a la