44
EXPLORACIÓN E INCIDENTES DE VIAJE
-----------------
Nos encontramos por fin en el Cnzco (1), d'onde la mági–
ca barreta de .Manco C:capae se hundió en la tierra, y don–
de él comenzó el cumplimiento de la alta y bienhechora mi–
sión que le encomendó su Padre el Sol. Aquí construyó él
su palacio, aquí sus sucesoree erig·ieron los suyos; y aquí a
su debido tiempo surgió aquel espléndido santuario, el Tem–
plo del Sol, con los palacios de sus
mini.~'<tros
y el convento
de sus vestales. Encima de ella frunce el ceño la gran forta–
leza de Sacsahuaman, el trabajo de tres re!nados, el monu–
mento más sólido y duradero del arte aborigen en el conti–
nente Americano.
bibliot ca
na
er
(1) "Cuzco" escribía el coronel O'Leary (después mariscal) al gene·
ral Miller, durante la guerra de la Independencia del Perú, "me interesó
grandemente. Su historia, sus mitos, sus ruinas son fascinadores. Puede
llamarse en verdad la Roma del Nuevo Mundo . La inmensa fartaleza
del septentrión e;, el Capitolio . El templo del sol es
el
ColiseO'. Ma:nc-o
Ccapac fué su Rómulo; Viracocha su Augusto: Huascar su Potnpeyo
y
Atahuallpa su César. Los Pizarras, Almagras, Valdivias y Toledos son
los Hunos, Godos y Cristianos que
1ft
destruyeron. Tupac Amaru es su
Belisario que le dió un dí¡, de esperanza; Pumaccahua su Rienzi,
y
último
patriota.-N. del A.