se supo que era aquel modesto maestro de Escue–
la. el cual, lejos ele todo cenáculo-si es que
Jo
hay
en el Ecuador-y más que todo, lejos del contacto
de nuestros centros medianamente intelectuales,
se había formado un estilo nervioso, ágil y de
~na
cadencia distinguida. El éxito de. esta su pri–
mera obra fue magnífico: se la publicó en la Re–
vista de la Sociedad Jurídico-Literaria, de Quito;
.) , com o suplem@nto, en El Telégrafo, de Guaya–
quil.
El estímulo: del aplauso ha sido fructuoso.
-Pat·a honrar la memoria ele Montalvo, la revista
América convocó otro concurso,
y,
en éste, Cha–
ves ha obtenido t1no ele los primeros premios, en
compañia de Arias,
l'\'1
oncayo y otros muchachos
que preparan el florecimiento literario que ta,nto
esperan los buenos ecuatorianos.
En
esta vez ,
-la ob1·a presenh.ela por Chaves es ya una verda–
dera novela, Plata
y
Bronce. En ella las cuali–
dades prünet·as se acentúan: la adjetivación dis–
creta
y
elegante, hace ele la prosa de este· autor
algo que en
el
escribir sobresale de lo común,
y
la concepción total de la obra nos pone en pre–
sencia de
U::l'l
novelista ele aliento, que promete un
porvenir muy halagüeño a la novela regional.
*
* *
En el concepto popular, que es el que genui–
namente representa el alma de la raza, lo nove-
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