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ALBORES EN EL LABERINTO
indios de América, babríase llegado a nada firme:
" In re adeo lubrica
(
origo scilicet I ndorum )
f1
antiqua, humanorum ingenium
. . .
rem
ludet potius, quam firmas rationes inveniet."
Ahora bien, en el terreno del
"peuplement initial"
de América
(p ara emplear las
textuales palabras de Vignaud), los hallazgos de
Miramar constituyen una
" firma ratio"
que llega afortunadamente en
buen momento para desmentir el oráculo pesimista de la obscuridad
inmanente. En este campo queda una sola curiosidad científica, y es la
de saber si el primitivo elemento de población llev6 desde el cen.tro de
bominación su tipo morfológico todavía ductil y plástico, como para
produ~i~
en este continente un bomotipo particular, o bien bahía ya
adquirido antes de su llegada formas fuertemente especializadas, y, ade–
más, si se extinguió en tiempos muy remotos, o, en cambio, pudo dejar
vestigios en las "'poblaciones indígenas que conocemos.
No es
des~able vio~entar
!os hechos para ir más lejos aún. Es una
certidumbre apreciable la de haber puesto América en la misma condi–
ción de Europa y Africa, respecto a su primera población, y tan sólo
una inquietud imprudente llevaría a acometer pr,ematuramente el proble–
ma de la " cuna" originaria del hombre, aunque también esta incógnita,
acorralada cada dJa más por progresivas limitaciones
(positivas y ne–
gativas) en
o de las
egiones climáticas y paleontológicas, no ha de
quedar eternamente envuelta en el misterio (2 ) .
,
Claro está que no todas las conjeturas que fueron elaboradas du–
rante cuatro siglos, son hipótesis " de población inicial" . En varios
casos es difícil una separación neta, pero, asimismo, es evidente, que una
tercera parte. al
~enos:
y acas'o más, no pretenden explicar la nacionali–
dad del pr_imer poblador, sino la procedencia de la cultura.
He aquí planteado, pues, el segundo problema:
inmigraciones cul–
turales.
Siendo las costumbres, creencias y formas industriales
y
artísti–
cas, accesibles al mayor número, cuéntanse más numerosas hipótesis de
inmigraciones de cultura que de inmigraciones de tipos somáticos. Y co–
mo las formas culturales son tan ampliamente variadas, se nos muestra
el suelo de América cubierto por una cantidad de espejos que reflejan
aquí las pirámides de Memfis, allá la beliolatría de Heliópolis, más lejos
el Capitolium de Roma, y b asta el templo de las Vestales en el Foro, la
Acrópolis de Atenas, la Z iguratb de Babilonia, las costumbres fu nera-
( 2)
El leccor enconcrará un b reve
y
claro p rospecco del escado actual de la
cuesción en el arcículo de MENDES-CORREA,
A. A..
L' origine de l'homme, l'état actuel
du probleme,
en " Scientia", 1924,
I,
339-350 (Mai).