SANTO DOMINGO
El monasterio de Santo Domingo se levan–
ta sobre las ruinas del famoso santuario del Sol
o
INTICANCHA.
Historia.
Cuando el Cuzco de los incas fué repar–
tido en lotes superficiales que se llamaron
sola–
res,
en octubre de
1534
y
durante los años
sl·
guientes, el conjunto de las soberbias construc–
ciones de INTICANCHA
tocó a Juan Pizarro.
Pero Pizarro, inspirado por su fervor religioso,
cedió el terreno al Padre dominico Juan
de
Olías, quien hizo la fundación de esta Orden,
que fue ot a de las
Fi
eras
q
víno al Perú,
bajo el co ando deJ célebre Pad
·e
' ralverde.
Merced a esa cesión, los do
inicos se es–
tablecie on en el mismo
ltio donde antes se
adoraban
a
las fuerzas de la naturaleza, como
a
la luz solar.
En
templo católico se erigió en el mismo lu–
gar donde estuvo el templo del Sol.
Por este
motivo, el gran santuario de los incas fue total–
mente destruído, sin que ·haya quedado ningún
rastro. Más bien
se
conservan algunos restos
de los demás santuarios subordinados a aquél,
cuya descripción ya se ha hecho anteriormente.
Cuando el terremoto de
1650
fue destrui–
do el convento, así como también el templo.
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