franciscano, está totalmente reconstruído
e!l
sus elementos de ornamentación. Los antiguos
retablos coloniales han sido reemplazados por
altares de yeso; así como las decoraciones pic–
tóricas de los muros fueron arrancadas de sus
marcos tallados y dorados. Hace unos treinta
años se desvió el criterio histórico de cierto'i
reigiosos, a lo que se
d~bieron
estas restaura–
ciones inconvenientes.
Dos son los únicos lienzos dignos de verse:
el que está frente a la entrada del norte, sobre
un altar, y el que se encuentra en la bóveda
de la Epístola, hacia
la
región del
crucero ..
Aquel es una imagen de Cristo camino al Cal–
vario,
y
éste un lienzo de valor hist 'rico, pues
expresa uno de lo más
t~picos
epi
i
s
d~
la
conquista: a cap ura de Atahuall a. Es un cua–
dro que recue_rda por su cornposición, al llama–
do de las
anzas, o de la rendición de Breda,
de Velázquez. Resaltan los indu1nentos de
lo~
conquistadores como de los indios, aunque loe
de éstos no siempre
ajustados a la tradición
.
.
incaica.
Entre las esculturas de este templo,
~obre
sale la que representa a la imagen de Santo
Domingo de Guzmán, obra notable del escultor
indígena Melchor Huamán, como acredita la
inscripción que se encuentra en el plinto de
dicha obra.
El púlpito tiene relativo mérito.
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