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CAPITULO XLVIII
"LLALLAGUA"
El
dragón,
obsesión de los sistemas religiosos habidos en el
mundo, llena con sus trazas espantables· las páginas del arte de
N
asca, derivación del árte chinchasuyo.
¿A título de qué
1...
-:
Y
erran, según nosotros, los que ven en esa a modo de verme
disforme, con rostro de
tarrasca,
de ojos malignos y fauces devo–
radores, de cuyas crenchas cuelgan_cabezas humanas cortadas a
cercén, una
'divinidad
de las gentes de los llanos del Chinchasuyo.
De
ser tal divinidad, sus representaciones por la pintura so–
bre cerámica y por el tejido, inviolables por rituales, habrían sido
invariables;
calcadas, como quien dice, sobre un patrón sagrado
del cual no habría podido apartarse
un
solo punto el artista; sien–
do así, en realidad, que no se nos podrá señalar una sola repre–
sentación suya, entre millares de huacos nasqueños, que no difie–
ran radicalmente de
la
otra.