EL cuzco HIS'roíi:tcó y
MONU MENTAL
zarro, F1·ancisco. En e·SC palacio, á la entracla, h a bía un.a es·
pecie d e torreó11, que los cronista:s llaman C1.1bo, donde los
españoles alojaron, como preso, al Inca Manco II, hijo de
. Hu.aina Kc
cá.pa>Cc, y ell el que tanibién f u eron eneerraidos
Gonzarro y Her11a11do Piz
'l.no, por A1mag1ro, al i niciarse las
guerras civiles a e lo s eonqu i tadores.
Ccora-Ccora (herbazal), palacio de In ca Rocca, ocU¡pab1
•el portal su¡perior contiguo al anterior, y en el que tuvo su
•ca· a Gonzailo Pizarro, la que fué
ara.~a
y
semlna·cla de sal
<cl-espu é-s de s u ejecución en 154 .
Amaru-cancha (cereo d·e la se·rpi ente), palaicio de H uaina–
Kccápacc, al
8111'
ele la p1aza, ocwpaclo u1oy pOT la Universi–
dad
y
la f'oTil-pañfa. En sus puenta
b-a bía un gran estanquti.
.A.
la dereeha de
ste palacio en la parte coupa·da por
los portale
u· de la
at<?dral, e tialhan
los muros del
Aclla Huasi,
'
ta• a
a
lq¡.g
\
:íirge~H):S
del Sol,
y
poco más
:u riba, e11 clire
~ión
ú
la actual
a11e d e.'l Tiri unfo.
H 'atun
anch
(t reo gl'an(le), palacio de Inca Yu¡pan·
qui, e)1 cuyo recinto clunnhía:on la
tr0;pas eSipañola-s la pri–
m era noC'he de su entrada. en el Cu zco.
Grave y solemne sería el aspecto de la Jllaza incaica, ro–
d eada de tan severo y suntu osos monru,mentos, como habrían
siido
l os mencio11a1do ,
á
juz.ga.r pOT los muros qu e de e1los
todavía ,pueden verse>.
En la Colonia, es tn. plaza no desclijo s·u traidwión d e Jlan·
to, pues si en la época Incaica la p1edad de los indios hen–
c·hía sus ám.bitos con l•a paegaria de sus almas m e drosas, en
el periodo Virreinal f ué también pa1tibufo y cadalso. En esta
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