EL INCA GARCILASO DE LA VEGA
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cían que enfermaba la luna, y que si acabaJba de
oscurecerse, había ide morir y caerse del ci
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elo, y
cogerlos a todos· debajo y matarlos, y que sie ha–
bía de -,aicabar el mundo. Por este miedo empe–
zando a eclipsarse la luna, tooaban trompetas,
cornetas, -caracoles, atabales y atambores, y cuan–
tos instrumentos podían haber que hiciesen rui–
do: ataban lo.s perros -griandes y chicos, dábanles
muchos 'palos para que ahulla;sen
y
na.masen ·la
luna, que por cierta fábula ·que eHos contaban,
d1ecían que la luna era aficionada a los per.ros,
por cierto servicio ,que le habían hecho,
y
que
oyéndolos llorar, habría lástima de ellos,
y
recor–
darí.a del sueño que la enf.ermedad
le
causaba.
M
1
andaban
a
lo.s muchachos
y
niños .que Horasen
y
diesen ·griandes voc
1
es
y
:gritos, llamándola Mama
Quilla,
que
es maidre luna, rogándole que no se
muriese, porque
:no
·pereciesen todos. Los hom–
bres- y las muj.eres hacían lo mis"mo. Había un
rui!do
y
una confusión tan grande, que no s1e pue–
de encarecer.
Conforme al eclipse ·grande o pequeño, juz–
gaban que había sido la 1enf.ermedad de la l
una;pero- si llegaba a ser total, ya no había que
j.uz–·gar, sino que estaba muerta,
y
por momento
s te–mían el caer de la
luna yel pere'cer de eHos. En
tonces era más de
rver.asel Ho-rar
y
plañir, como
gente =que veía al
ojo lamuerte
de
todos,
y
aca–
hars·e ·el mundo. Cuando ·veían que la luna iba po–
co
a
poeo volviendo a .cobrar su luz, de
1
cían que
convalecía :de :su enfermedad, porque el P.achaca–
mac le había dado salud,
y
.m
1
andádole ·que no
mu-
1ri,ese ·porque no pereciese el mundo;
y
cuando :aca–
baba de .estar del todo clara, le daban la nO'ra–
·buena de
•SU
salud
y
muchas gracias porque
no
·se ha!bía caído·.