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AUTORES SELECTOS
tes donde hay más cantidad .de ella,
y
con la san–
gre se rocían los varones y · las mujeres e hijos,
y
entre todos com·en la carne muy apriesa, sin
de}ar;Ia bien ·cocer, ni aun asar, ni aun mascar,
tragá:ndosela a bocados, de manera que e·l pobre
paciente se ve vivo, cü-mido·de otros
y
enterrado en
sus vientres. Las mujeres (más crueles que· los
varones) untan los pezones de sus .pechos con la
sangr·e del desdichado, para que .sus :hijüs la ·ma–
men y beban en
I.á
leche. Todo esto hacen en lu–
.gar de sac:dficio con gran regocijo
y
alegría has–
ta que el hombre acaba de morir. Entonces acaban
de com·er sus carnes con· todo 'lo ·de dentro, no ya
.por vía de fiesta ni :d:e'leite, .como hasta aquí, sinó
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por cosa de
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grandísima deidad ; porque de allí en
adelante las tienen ·en grandísima veneración ; y
así las comen or cosa sagrada. Si al ti·emipo que
atormentaban al t iste, hizo alguna señal de sen–
timiento con el i>ostro o icon el cuerno,
-0
dió al–
gún gemido
O ·
uspiro, hacen .pedaz0s. i-0.s
hue!SOS,
des·pués e liaber le comido las carnes, asaduras
y
'tripas,
y
con mucho menos·pr.ecio los echan en el
·cam
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po o ·en .el río ; pero .si en los torm·entos ;s·e
·mostró fuerte, constante
·y
feroz, 'habiéndol·e co–
mido las carnes con todo, el interior, secan los
hueisos con sus nervios al 1sol,
y
;Jos ponen en :Jo
alto die '1os cerros,
y
los tienen
y
adoran p01r dio–
ses,
y
les ofrecen sacrificios. Estos son los ídolos
de aquellas fieras.
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