;
BOTÁNICA MÉDICA NACIONAL
-17_;
des 111e
dici11<11es de este
v~getal,
lo denominaron
_vara {:
flugch.ugy
cava
chuRchug
(yara, árbol;
chugchug, ten1hlor u horripilación; ·.
cava, corte–
,,./' l
)
lf...
e ,
•
A
ñ<
>S
n1ás tarde., los n1ismos
indio~
curaron
con esta corteza
a un
Padre Jesuita que, hallán–
do~e
con intern1itentes, acertó
á
pasar por ese
JugHr; razón
p<JI.
la cual to111Ó e] remedio el nom-·
bre
-de
polvo de los jesuitas:
· Se sabe tan1bién que _el Cond-e de Cinchón ..
Ferriández de Cabrera, en
1.838,
hizo curar de
-:i11tern1iten tes, con un
(~orregidor
de L _oja., a su
·esposa, usando pt:eparaciones de la misma cor–
tezg, denon1inándose al medicamento por tal
n1otivo,
polvo de la condesa,
a causa de lo que
' L'ineo bautizó al género con el nombre de Cin–
chona, que aun hoy se conserva.
La Condamine hizo conocer., por primera
vez en Europa , el árbol de
quina ;~
posteriormen–
te, en
1.852 ~
fueron llevadas a la isla de Java,
por los holand eses, p lantas vi v as, y, en
1.859,
el
Oobierno Inglés hizo transportar- a la India se–
milTas madura s y plantas vivas, consiguiendo
a~í
gran .propagación del precioso árbol.
¿Qué hac1an ·entonces nuestros Gobiernos?
Guardar una fría
y
punible indiferencia.
El modo de explotación de la quina ha sido
eti el Ecuador ·sumamente perjudicial, pues, los
cascarilleros
(a~í
se llamaban a los que exporta- '
ban o extraían la corteza d_e quina
1 )
echaban a
tierrp el árbol
para · desprender su corteza, en
vez de separar
trozos.de la misma, de manera de "
permitir su reproducción. El resultado ha sido
la disminución ·rápida del vegetal, a tal punto
que, ·si· empresas inte'ligentes
y
conocedoras de
la materia no procuran reponer lo en mala hora
destruido, pronto · nuestra República se hallará
desp.ojada de una riqueza · que sjempre ha· sido
codiciada por la Europa' entera .
·
No hablaremos aquí de la acción de los alca- ·
loides de la quina, porque aquello sería propio
de
Utl
_estudio farmacológico ; nos ocuparen1os