174
HORACIO H. URTEAGA
to, su símbolo fundamental es invariable. ( 2 ) . En la por–
tada del Sol, en las estatuas de Cacha y Muhina que descri–
ben los antiguos cronistas, en el grabado de la piedra de Cha–
vín, y en los relieves de innumerables artefactos de los ke–
chuas. En cuanto a las figuras ornamentales, basta contem–
plar las piedras de Tiahuanaco, Huánuco Viejo y Cabana;
y las de Concacha y Chavín, para encontrar la identidad de
los estilos; las cabezas incrustadas y las figuras de sierpes,
peces, y aves. ( 3 ) .
Nótase también la misma característica en la forma de
las puertas; son de figura trapezoidal, las jambas laterales
inclinadas, con el umbral mayor que el dintel; se ha dicho con
razón, " que esto se explica por la necesidad de reducir
la
longitud de los umbrales ".
Domina en todas estas construcciones la línea recta, con
ausencia casi absoluta de la curva, la que si se halla, y esto
en plano horizontal, sólo puede apreciarse como un capricho
del artista o un detalle exótico y sin aplicaciones mayores en
la construcción. Se nota, eso sí, que había tendencia a la for–
mación de la ojiva, pues muchas de las puertas y ventanas
ofrecen ya en sus dos extremos, superior e inferior, o ya sólo
en uno de ellos, que
se cierra el vano
con varias piedras
ensambladas, unas sobre otras, con un saledizo variable, de
manera que la última es de una pequeña dimensión
y
todas
forman un contorno casi ojival, aunque trazado por una línea
quebrada. Esta clase de puertas y nichos se encuentran en
la Isla del Sol, en Tiahuanaco y en Marca Huamachuco, en
Chavín y en Cajamarca.
( Véase
los grabados correspon–
dientes ) . He de llamar la atención de mis lectores, respecto
a la generalidad de este detalle importantísimo en edificios
peruanos, plantificados en tan diversas zonas.
(2) .-E s el mismo dios visto de frente con la expresión de imperio,
adornada la cabeza con rayonados y discos, con los brazos extendidos,
sosteniendo cetros, símbolos del poder o cabezas votivas. A veces unido
a dos divinidades subalternas forma una triada como las descritas por
Molina en el
Irnay Mama Viracocha.
(Véase
Rel.a.ción de /.as fábillas y
ritos de los Incas.
COLECCIÓN URTEAGA,
t. I, pág. 9),
y
en Jos gráficos
que publicó don Samuel Lafone Quevedo.
(Véase
El culto de Tonapa,
1892, La Plata ) .
(3) .-Véase informe del Delegado del Gobierno, doctor
J.
G. Cossío,
sobre la expedición Científica Americana de 1911.