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HORACIO H. URTEAGA
quirirla, obligó al salvaje a emplearla en sus ligeras pira–
guas, como se observa hasta hoy. "Es de admirar ver que
entre tanta infinidad de indios, que cada uno necesita, por
lo menos, para su familia, de uno o dos palos, de que labran
una o dos canoas, como de hecho las tienen; a ninguno le
cuesta más trabajo que, saliendo a la orilla, echarle un lazo
cuando va pasando y amarrarle a los mismos umbrales de
sus puertas, donde queda preso, hasta que habiendo ya ba–
jado las aguas y aplicando cada uno su industria y trabajo,
labra la embarcación de que tiene necesidad". Así nos
cuenta el padre Cristóbal de Acuña, que lo observó en 1639,
durante su viaje de exploración por el río de las Amazo–
nas. ( 24).
En estas ligeras embarcaciones se aventuraban hasta
las cabeceras de los ríos, y visitaban grandes extensiones
del territorio, obligados por el pillaje o por la guerra. Los
Incas usaron la canoa muy poco; las tradicione:;
POS
ha–
blan siempre del empleo de balsas en las expdicion:'!s ma–
rítimas y fluviales, y i alguna vez llegó a emplearse la
piragua del salvaje, ( que, por otro lado, era difícil para
trasportar a muchas personas ) , sería, como lo cree Beuchat,
después que los Incas tuvieron contacto con los pueblos sal–
viaj..-: del Amazonas.
Otro género típico de embarcaciones del indio yunga de
la costa peruana, era el llamado por los españoles
caballito
de totora.
Consiste en un haz de estos tallos de totora
( matara ) , recogidos fuertemente en forma de
cigarro puro,
pero con uno de sus extremos le'{antado. Su parte gruesa
semeja, efectivamente, al lomo del caballo, y allí monta el
pescador, que se lanza al mar en busca de pesca. Para di–
rigir este flotador, que no merece el nombre de barco, usa de
unas paletas de madera que lleva colgadas en la parte de–
lantera. Por lo dems, el piloto tiene las piernas introdu–
cidas en el agua y debe soportar todos los embates de las
ondas con una gran agilidad y destreza, para no zozobrar.
En las vasijas de los antiguos yungas encontramo muy
(24) .-Cristóbal de Acuña.
Nnevo descubrimiento del gran río de
las A m.azonas.
Número XXXVIII. Col. de Libros Españoles que tratan
de América, raros o curiosos. T. II.
(25) .-H. Beuchat.
Manual d'Archeologie Americaine.
Lib. Il. c. X.