IV
Hase añadido por vía de apéndice, en la primera par–
te, un tratadito de oraciones; y en la tercera, varios ejem–
plos de verbos que, por la interposición de una
o
varias
partículas. sufren "sí¡;ni/icaciones sorprendentes, y que a la
par demuestran su" riq.ueza.
Que sea
necesari~
una ¡;ramática aimara para apren–
der la len¡;ua, y poder no sólo conversar con el indio, sino
entenderle bien es cosa a todas luces evidente; mayormente
ahora que acude a este Departamento de La Paz tanto ex–
trajera, y lo primero que encuentra es al indio, con quien
por fuerza tiene que darse a entender hasta para los servi–
cios más humildes de la casa.
Y
qué diré del sacerdote ex·
tranjero y aún del país, pero delin terinr, que quiere dedi–
carse a
6U
Instrucción? Forzosamente debe aprender la
lengua si desea trabajar con provecho en las parroquias.
Por /alta de gramática y sermonarios en iamara no pue–
den los sacerdotes de/ Interior administrar los curatos; y
si
algunos hay, muy raros, hacen poco /ruto. como éllos mzs–
mos lo dicen.
Por todas estas razones y otras fáciles de entender,
me he decidido a reformar esta ¡;ramática y darla a la
estampa para bien del Público.
La Orto¡;ra/ía, objeto de la última parte, no se ha po–
dido precisar, habien do tantos airnaristas que piensan de
diversa manera.
Lastimosamente se suspendía la Academia A imara,
que por los años de 1900 y 1901 se fundara para este
/in.
1
en la Recoleta , por el R.
P.
Fernan do Sanjinés y el Sr.
Carlos Bravo. con la muerte inopinada de éste y con la
traslación del P . Sanjinés al Santuario de Copacabana.
He se¡;uido la orto¡;ra/ía del
P.
Ludovico Berton io, como
la más racional; en al¡;unas dicciones la del
P.
Sanjmés
Con mucho gusto recibiré las advertencias que se me
hicieren por los peritos en la len¡;ua, para tenerlas en cuen -–
ta, en la tercera edición, si Dios quiere. que se imprima.
Va le.
La Paz, 6 de Mayo de 1914.