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PRÓLOGO
DE
S EGUNDA EDICION
La rarez a de ejemplares de la primera edición, en
que se pueda estudiar la lengua aimara; la transformación
no pequeña que aquella ha sufrido en su construcción; y la
necesidad que tienen muchos extran¡eros, ya seglares ya sa–
cerdotes, de atender al estudio de la lengua, para comuni–
carse con el indio y entenderlo en su conversación,· han si–
do causas, querido lector, que me han movido a emprender
el trabajo de la segunda edición qae hoy presento al pú–
blico de Bolivia y especialmente al Departamento de
La
Paz.
Si bien la reimpres;ón estereotípico hecha en Leipzig,
hace poco más de 30 años, .Por una Sociedad Bibliófila,
pudiera escusar la primera raz ón, arriba dicha , está ella
tan llena de defec tos, por tenerlos el original hecho en Ro–
ma, que apenas los muy versados en la lengua los pueden
entender y menos corregír, ¿cómo podrá un extranjero
aprender por élla esta lengua tan difícil? Y caso se pu–
diera aprender, no obviaría la segunda dificultad que hay
con la nueva construcción, o por perfeccionamiento
o
por
corrupción, que ha sufrido la lengua, de 3 siglos a esta
parte. Raz ón por la cual ha sido necesario variar en el fon –
do y en la forma la sintaxis, acomodándola al modo /Jrecep–
tivo de las modernas gramáticas, que la div iden en R égi–
men, Concordancia y Construcción; secciones que en la edi–
ción primera se hallan confundidas, y que no poco dificul–
tan su aprendizaje