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~L
AYLLU
tamente de toda importancia política. La uni–
dad política, es la centena.
«
La población,
dice Waitz, habita en las aldeas, pero se
reparte, ella y su dominio, según las centenas
que, para todos los negocios de la guerra y
de la paz, forman la unidad que sirve de
fundamento á todas las relaciones
1
•
»
Esta desviación de la estructura interna de
la comunidad de aldea, cuya característica
coopera.tiva tiende á ser sustituída por fraccio–
namientos seriales de centenas, fenómeno
que s presenta en la
gens
latinas, encuén-
1.
Dtla Division du Travail social,
VI, pág.
160.
2.
Mommsen dice :
~<
No obstante que la
curia
se nos
ofrece como un grupo personal, bien puede decirse
que,
á
lo menos en un principio, hubo de existir en
ella también vínculo local, supuesto que las nomina–
ciones de los romanos, en cuanto de ellas conocemos,
son locales;
y
puede conjeturarse que era así, porque el
poseedor más antiguo de los bienes privados territoria–
les parece haber sido la familia,
y
la unión personal de
cierto número de familias, era por necesidad, á la vez,