EL AYLLU
dar á ellos y de lo que nos y los encomen–
deros habemos de haber •
».
El gran virrey, cuyas dotes sobresalientes
de hombre de Estado le asignan el primer
puesto entre los gobernadores de la Colo–
nia, se atuvo más á la revelación de ·los
hechos habituales de los naturales que á las
instrucciones que se le impartieran ó á doc–
trinas en voga sobre regímenes rentísticos.
Sus ordenanzas fue ron dictadas con un crite–
rio práctico , para lo que recorrió personal–
mente la mayor parte de los dominios de
su gobierno. Con mucha verdad decía el
virrey marqués de Montesclaros hablando de
él :
«
que en las cosas en que don Francisco
de Toledo no hubiere declarado motivos ,
\
fiemos de su prudencia que fueron fundadas
1.
Archivo de Indias. Carta á S. M. del Marqués de
Montesclaros.
2
de marzo de
16 14.
Est. 70, Caj.
1,
Leg. 35·