EL AYLLU
«
La duración de estas uniones, dice
Starcke, es decir, lo que hace que las llame–
mos matrimonios y no uniones libres, no la
motivan las relaciones sexuales, sino razones
económicas, en cuanto el hombre elige una
mujer para tener una ayuda en los deberes
cotidianos de la vida
1
•
»
Á
la necesidad de asistencia y cuidados
recíprocos, sucede el interés por la prole,
como sentimie to de reproducción, al prin–
cipio, y de proyección moral de la personali–
dad después. Es una observación muy
exacta la hecha por un sagaz investigador :
«
en las primeras etapas del desarrollo
humano, el afecto sexual es muy inferior en
intensidad
á
los tiernos sentimientos con que
los padres halagan á sus hijos
»
2
,
y á la
1 •
.
La familias en las diferentes sociedades,
I,
pág.
36.
2.
R. Westermarck,
Historia del matrimonio en la
especie humana,
XVI,
pág.
376.