lllBLIOGRAFfA LINGÜÍSTICA AMERICAN.A
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La obrn de Bra seiir de Bowrbotirg
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Los estudios del abate
Bra eur de Bourbourg, obre
la
arqueología y priucipalmente
sobre la lingüística americana que al tiempo de u aparición lla–
ma.ron la atención por u novedad, induciendo en errores funcla–
mentale á alguno americaui ta , carecen en u mayor parte
lle vaJor histórico y cientifico.
El catálogo ele su Biblioteca,indica la
fuente en que bebió
su conocimientos, y el prólogo con que la ilu tra, contiene las
síntesis de sus fantástica-s hipóte is y teorías.
El autor comienza por cleclara,r que no es bibliófilo ni colec–
cioui ta, pero que su colección es «única en el mundo»,
y
que
mercecl á ella «ha llegado á de cubrir lo mi terios má
recón–
rlitos ele la ciencia ele la filosofía de los antiguos» . Y má ade–
lante, ca.lificando de liliputien e á lo mae tro
ele la e cuela
filológica indo-germánica ó aryana, y comparándo e con Gulli–
ver, que e ele pierta y rompe u
ligaduras y derriba la e ta·
tua ele Nabucoclonosor, exclama : « La piedra que romperá e e
mo~ento
del orgullo científico, que hará rodar en pedazos es<t
arca vacía, está aquí : está, en los documentos de e ta Bibliote–
ca, que tengo el placer ele hacer conocer al público. » Ante ha–
bía dicho que publicaba su catálogo « á petición de lo
biblió–
filos americanos de ambo mm1do ».
La introducción del libro, á la vez que una profesión de fe de
u· creencias arqueológica y un manifie to ele guerra contra su
críticos, es
tlll
testamento de sus trabajos y tma confesión ele
u errores;
y
los libros catalogados en los cuaJes considera en–
cerrada la verdad oculta, revela,n, en su
elementos constituti–
vos, la ninguna consistencia ele u teorías
y
Ja poca oliclez ele
su cimientos científicos.
El punto ele partida de u istema prehistórico, es que « lo
lü toriadore
y
filólogos han tomado caminos extraviados a.l
buscar en el Asia la ctma común de la civilización
y
de las re–
ligione ele la antigüedad ». Según él, la cuna de la civilización