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CATÁLOGO RAZONADO DE LA ECCIÓN LINGÜÍ>;TICA
<•un ele pu s de muerto ha t<• los almanaques comune de Oltile,
introduciéndolos en el comercio de libros, yo veo en ello un
progreso, cuando observo que nuestros folleto y nue tro pobres
periódicos americanos figuran en los cntáfogos ele lo librero
de Londres, y alcanzan precios loco que no lo hacen e timar
más á nosotros mismos, derno tranclo qu e no
hay
papel irnpre o
que no tenga su valor en un entido, cuando la factura e bien
hecha.
Hay que reconciliar. e con los comerciantes de libro . Son
ellos los que movilizan los productos
de
la inteligencia
y
multi–
plican su acción al satisfacer el anhelo <le
enriq·ueoer
nuestras
facultades para crear nuevos productos. Sin ellos, la
meroculeria
no tendría valor,
y
lo. literatos, como el hombre primitivo que
fa,bricaba su anzuelos y flechas para comer, tendríamos que
hacer nue tra pro¡1ia cocina litenu ia.
:Necesitaba protesta.r contra su amargo fallo. -
B. 1lfitre.
Ciiwrtci. Contrarrépiioa de
J.
Jll. Giitiérrez.
-
IA.vnes. M .
ele
Broglie acaba de hacer en la Academia france •• la má inge·
nio a
y
completa a.pología de la
publicidad,
e a gran entrometida.
que es la éme i y el ojo de la providencia al mismo ti'3mpo,
en este nue tro iglo. Los catálogo , cada día má á la moda y
má ab1mdantes, son humilde· indirecto servidore ele ese
e pionaje bone to que ejerce la prensa .obre toda la acciones
humana . De hoy en adelante es preci. o anclar .e con mucho cui–
<laelo sobre lo que se escriba en lo libro de importancia por
lo hombre. conocidos.
Ha ta una firma colocada fuera ele su IL1gar p11ede ser 1m
rasgo biográfico, mia pi ta para llegar
á
e e nido de todos los
sent,imiento que se llama el alma,. E preciso que todo lo po–
lluelos de e e rudo no afecten nunca la forma ele
oarwnolws.
E te
en_qarabatci1niento
obre la
ti
iología «del catálogo», e ·
l><ira tener motivo de decir! : qne toda cuanta mani-D tación por
palabrn ó por e crito me ha hecho relativo
á
su noble
é
inteli·