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.-89-

ba de:;:pierta hasta mui tarde, hilan–

do,

i

que hablaba con

el.

Apenas hubu escuchado se

fué

á

su encuentro,

i

desbarrancá.ndola, le

<lió

muerte.

. · Cierta noche que taciturno con su

rccuerc1cí contemplaba absorto la l11z

encendida, de pronto el muchácho se

pone

it

grita r:

''A/11 está el amante de

mi maméÍ, el que

la

acompañaba"

se–

ñalando la ma riposa que solía ve.:

nir cuando su madre.- velaba.

Inmediatamente se dió cuenta del

error en que había incurrido

i

presa

de desesperación murióde pesar.

La huachua

i

la zorra

~reguntaba

á

la huachua una ra–

posa el porqué sus hijuelos tuvieran

las patitas coloradas.

-Sabrás que yo acostumbro poner–

los sobre las brazas,

i

el fuego se los

enrojece.

-

H'izolo así la zorrn, q uc

dc~eaha

pa

ra

~us

hijos patitas encarnadas,

i

los

infelices cachorritos sucumbieron, no

dejando mas recuerdo q' sus cenizas.

C'I

raciocinio.

Asi en esta fábula knemos dos puntos de moral: el primero

nos

~ns~ña.

que ni

t!ll

broma debe decirse

á

los niños mentiras

i d segundo, que uno no solo no debe interrogar

á

una criatura

sino que no debe clcjars.e arrastrar por el primer lmpetu sin cer–

dorar.se

antes,

d

fin

dt:

no incurrir en error irreparable

dcspuCs.