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dora
i
nebulosa, la melancolía, el dolor
Íntimo
i
silencioso, una poesía amatoria
impregnada de tristeza. 1en efecto, todo
ello
ha obrado visiblemente sobre Mel–
gar. Durante el período romántico, entre
el
coro de poetas 'luejumbrosos que . esé
movimiento suscito, haí en algunos, acen
tos que parecen tener aquel origen na–
cional"
1
en una cita, ocupándose del
poeta Carrasco que puso en verso la tra–
ducci6n castellana de Ollanta del
Dr.
Se–
bastián Barranca deja traslucir sus dudas
respecto al origen quechua del drama í
con su acostumbracfo eclecticismo
lo
cree
"po::;trrior a
la
conquistn,
aunque
no
en mucho
tiempo"
con una observación
pueril:
''Ante todo
si
los indios no co–
nocían la escritura (puesto
que
los
jeroglíficos estahan olvidados en
el
tiempo a que se refiere
el
Ollanta),
i'
como pudieron
componer
i
conser–
var
semejante pieza
dram~ttic·a?
Lo.s
quipos no bastaban para
estó."Argu–
mentos que caen por si, con fas citas que
hemos reproducido anteriormente; en par
ticular
la
de Garcílazo(V'ease paj. l3)i con
lo
que acontece hoí mismo aquí, con
la.
pantomima
Las
incas,
que solo una se–
ñora en
T
arma
la
sabe, Doña Paula To–
rres, e incapaz para referir los versos i
s6
lo cantándolos. da
el
trozo íntegro.