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DEI-PARAM IN EFFR.l.ENIORI TARTARORVM PERNICIE
sino el P. Francisco. «F RANCrsc us RANGRL,
L usitanus, Portuensis, La zari Lopez
&
N. R a ngel filius, Jesuita, a pud Indos juxta
institutum A postoli cre h uj us Societatis d i–
versa tus....», di ce Nicolás An tonio (r, 46 5) .
De lo cual se coli ge que donde el Sr. Ga–
yangos puso «P. Rangel (¿F ra ncisco? ) » ó
«P. Rangel» á secas, quiso poner «P. Lucas
R a ngel», y do nde dijo «P . Lúcas Ra ngel»,
qui so decir «P. F rancisco R angel», q ue es
el que aparece e n Nico lás Antonio , y el
mi smo que, llegado á Goa á 24 de Octubre
de 1629, se consag ró á la predi caci ón del
Eva nge lio en las Indias, y luego e n la Chi–
na, en cuyo Coleg io de Macao murió á 28
de F ebrero de 1660, sin -que conste que du –
rante t odo este tiempo volviera
á
Europa,
ni que est uviera para pensar en las cont ien–
das de los dos desafiad os, ni en la separación
de Portugal de la Corona de Cast illa.
R esulta, p ues, de lo mismo que debi ó de
querernos decir el Sr. Gayangos, q ae el
P. Rangel, autor del
JWanifi'esto,
fu é, sin
dud a ninguna, el P. Lucas, de quien en el
citado tomo del
M emorial
hay hasta cinco
cartas, escritas de Madrid á 4, 13, 20, 27 de
Novi~mbre
de 1640, y 6 de Mayo de i 642
(págs. 38-41, 51 -54, 78-80, 81 82 , 346-349 ),
llenas todas ellas de singular «desenfado y
gracia», pero t ambién de burlas tan pican–
t es y pesadas contra los portug ueses, que
es necesario estar ciego para no ver que
mal podía ·ser portug ués quien así se delei–
t aba en ponerlos en ridículo. Efectivamen–
te, el P . Lucas R angel era hijo de pad res
españoles, pero n acido en P amplona, de
Colombia, y sujeto de la Provincia del
NuE>vo R eino de Granada, a unque, por ne–
gocios de ella, resid ía á la sazón e n el Cole–
g io Imperial de Madrid. E sa es,
y
no la q ue
supone el S r. Gayangos, la razón verdadera
por q ué el P . González de Vi llacastín le lla–
ma con tod a propiedad
I ndz'a.110 ,
conviene
á saber, <rnatura l, pero no originario, de
América, ó sea de las Indias Occidentales»,
conforme
á
la pr imera acepción que da á
esa palabra el
Diccz'onarz'o
de la R eal Aca–
demia (pág.
55 ~,
1
.ª col. de la ed. de 1899).
Mas ¿cuál será el
Manifiesto
r edactado
por el P . Rangel?-Evidentemente qne no
pudo ser el fe chado en «T oledo á
29
de Se-
tiembre de 1641». En éste no se trataba de
probar que fuera «lícito el desafío» del Du–
que de Medina-Sidonia, sino de desafiar,
como en él se desafiaba, al de Braganza,
retándole de traidor al Rey de España é
infamador de la «fidelísima casa de Guz–
man». H acía ti empo, además, que era ya
tan conocido el
JV/anifiesto
de Toledo, así
por la profusión con que se había divulgado
por toda Europa, corno por la famosa cir–
c unstancia de los ochenta días (de
I.º
de Oc–
tubre
á
19 de Diciembre de r 641) que en su
cumplimiento esperó el de Medina-Sidonia
al de Braganza en los campos de Valencia
de Alcántara, que parece de todo punto im–
posible que á 22 de Mayo del año siguiente
de
I
642 se refiriera á cosa tan pública el
P. González de Villacastín con su fórmula
de «se dice que.... ha sacado un manifiesto».
De los papeles impr_esos posteriormente
sobre la licitud de tan ridículo desafío no
hallamos tampoco más que dos que pudie–
ran atribuirse con alguna probabilidad á
n uestro
i'1zdz'ano :
la
:fustiji'cacion
y la
De–
f ensa.
Pero como de la
:fustifi'cacz'on
«se
confesó autor el P. M. Tomás Hurtado»,
como a visa oportunamente el Sr. Gayan–
gos, sólo nos queda indicar nuestra sospe–
cha de si será la
D ef ensa
el
111/anifiesto
que
«aquí se atribuye á la pluma del P. Ran–
gel».
6358.-Dei-Param in effrceniori Tar–
tarorvm pernicie, Hlibato conceptus irra–
diante candare, ceternum ab inferni dra–
conibus reportant_em triumphum pange–
bat, inter solemnia
tantee Virgini ab
Eximia Congregatione dicata, D. D. Joan–
nes de Valls, et de Pallares Imperialis
Collegii Cordellensis Collega,
&
Maria–
nce Congregationis
Alumnus~plo
Bethlehemitico Societatis Jesv die 3.
Mensis Maii, Anno
1702.
Barcin. Ex Typ.
Raphaelis Gelabert.-En 4.º, de 3 hs.
s. n.
EL
P. LORENZO LÓPEZ.
Véase
Oratio P oetica ....
(núm. 1499).