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CATECISMO DE LA DOCTRINA
orden del Synodo que celebro el Illustris–
simo Don Fray Martin Ignacio de Loyola,
y despues con particular orden y mandato
del venerable Dean y Cabildo,
Sedevacante,
deste Obispado del Paraguay¡ y lo mismo
prosiguieron los Religiosos de la Compañia
de Jesus por las mismas palabras, como
' quienes tenian un mismo espiritu de la sal–
vacion.delas almas¡ y assi no añadieron, ni
quitaron
a
las dichas Oraciones y Cathe–
cismo nada, sino que como hombres doctos
observaron, y guardaron, y hasta agora ob–
servamos todos los que tenemos Doctrinas,
Jo que ordenaron, y dispusieron dos Syno–
dos deste Obispado¡ que es cosa recia.....
oponerse de cabe¡¡;a, y sin autoridad alguna
a los dichos Synodos, y Cathecismo apro–
bado en ellos, con parecer solo de hombres
ignorantes en la Lengua, en lo positivo, y
escolastico.... : si no saben bien la Lengua
sujetense
a
los que la saben, y tanto la es–
pecularon ,
comq
el Santo Padre Fray Luis
de Bolaños, para sacar
a
luz el dicho Cathe–
cismo:
Docti sciant, I11docti credant.-Y
assi
concluyo, con que el dicho Cathecismo, que
se ha presentado, es el que despues de mu–
chos ayunos, oraciones y disciplinas, hizo
y traduxo en la Lengua Guarani para la
enseñanza destos Naturales el dicho muy
Reverendo Padre, aviendo consultado, y
conferido con los mejores Lenguaraces desta
Tierra¡ que es el que siempre se ha usado
en Ja Doctrina y enseñanza de los Indios en
execucion de los Synodos deste Obispado,
que han mandado que por este Cathecismo,
y no por otro, sean Jos Indios enseñados y
instruidos en nuestra Santa Fe Catholica;
y que no ay inconveniente en que se pro–
siga....».
Oídos estos pareceres, «todas las demas
personas que se hallaron en Ja dicha Junta,
que son el Licenciado Pedro de la Cabeza,
Governador Eclesiastico que ha sidt> deste
Obispado¡ el Licenciado Estevan de Ibarro–
la, Cura de la Catedral¡ el Licenciado Fran –
cisco Cavallero Bazan, Cura de la Parroquia
de la Anunciacion desta Ciudad¡ el Licen–
ciado Pedro de Mendoza, Cura y Vicario
del pueblo y doctrina de Yaguaron¡ el
Maestre de Campo Garcia Moreno; y el Ca–
pitan Francisco de Espinola Santa Cruz,
dixeron todos unanimes y conformes, que
sentian lo mismo que el Sr. Dean y el dicho
P. Guardian, y que aquella era la verdad, y
se conformaban uniformemente¡ y añadie–
ron algunas razones en su confirmacion».
Así, porejemplo, «el Maestre de Campo
Garcia Moreno dixo que se hallo presente
muchas veces quando el dicho V. P. Fray
Luis de Bolaños escrivia varias cartas al
Capitan Escobar, famosissimo lenguaraz
desta lengua Guarani, consultandole sobre
la propiedad de algunas palabras, que ponia
en dicho Cathecismo, y que sabe el mismo
que hizo el dicho P. Fray Luis de Bolaños».
Éste fué el parecer unánime de los llama–
dos á la Junta de 1656, del cual, como lo
prueba el resto de su vida, hizo, por
de~gra
cia, el Sr. Cárdenas el mismo caso que había
hecho de la terrible sentencia fulminada
contra él á 19 de Octubre de 1649, con oca–
sión de,sus desafueros contra l.a Compañía
de Jesús, por el Juez Conservador apostólico,
Fr. Pedro Nolasco, de la Real Orden de
Nuestra Señora de Ja Merced.
Decía así en la parte que toca á lo que
vamos refiriendo: «En quanto al quinto
cargo, en que parece que el dicho Reverendo
Obispo ha dicho y publicado en Libelos
famosos, sermones, cartas, autos judiciales,
e
informes, y en varias occasiones, que los
Religio~os
de la Compañia de Jesus, Missio–
neros, son Hereges, que enseiian horrendas
heregias, y las ensef1an
a
los Indios natura–
les destas Provincias, contra el nombre de
Dios, y Generacion eterna del Verbo Eter–
no, y pureza de la Virgen Santissima, con
palabras asquerosas e indecentes, arguyendo
que los dichos fü!ligiosos havian puesto en
el Cathecismo y Oraciones en Ja lengua de
Jos Indios, las dichas heregias: y porque nos
consta lo contrario por los autos de Ja causa,
declaramos al dicho Reverendo Obispo por
falso calumniador, y que los dichos Religio–
sos, como siervos de Dios, y obreros de la
viña del Señor, y con el fervor, y deseo,
que tienen de la salvacion de las almas, y
conversion de los Indios (en que se han
ocupado en estas Provincias del
P~raguay
y Uruguay
a
costa de su sangre y vida),
han enseñado
y
enseñan Doctrina Catholi–
ca, aprobada, por el Cathecismo y Oracio-