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3
7.-
R. P. D. Antonii Diana:, Panor–
mitani, &c. Practica: Resolutiones mora–
les. Editio ultima aucta. Illustri D. D. Lu–
dovico ab Exea, & Descartin, in Senatu
' Aragonensi rerum Capitalium Consilia–
rio, & jam diu
in
omnes Regis Ministros
Judici Qucesitori. Primario apud Ccesar–
augustanos Juris Civilis Interpreti. Do–
mino Villa de Valdellon, & adjacentis
Territorii de Salgar, & Pinella ; necnon
oppidorum de Arasques , Hostalet, &
la. Plana, &c. Antverpice, apud laco–
bum Mevrsivm, M. DC . LXXV [
6
M. DC. LXXVIJ.- En
8.
0
,
de
798 [6 708]
ps.-
(Tftulo forjado
á
capricho entre La–
tassa ,Backer y Sommervogel con retazos
de la portada y la dedicatoria del
Com–
pend~·o,
cuyo verdadero titulo es:
R.
P. D. Antonini Diana Panormitani ,
Cler. Reg. coram S. D.
N.
Alexandro VIf.
Episcoporum Examinatoris, & S. Officij
in Regno Sicilice Consultoris, Practica:
Resolvtiones lectissimorvm Casvvm.Edi–
tio vitima Partes omnes xu. complectens.
lterum, atque iterum cum Auctore colla –
ta , ac plurimis locis aucta, decretisque
quibusdam Alexandri VII. locupletata .
Antverpice. Apud lacobvfl} Mevrsivm.
Anno M. DC. LXXV. Sumptibus Floridi
R
Aniss.on,Bibliopola:Matritensis.-En 8.
0
,
de
798
ps., s.
63
hs. p. n.
EL P.
JosÉ
ANDRÉS
(!).
<' No lleva el nombre del P. Andres, pero
es el su Autor; y bastante se infiere de la
Censura del mismo en esta obra, y de que
el Padre Diana le dio gracias por este tra–
bajo», dice Latassa
(m,
547),
á
quien siguen
á
ciegas Backer
(r,
161),
Hurter
(1,
497),
y
puede decirse que aun el mismo Sommer–
vogel, el cual , habiendo atribuído también
la obra como indudablemente suya al P. An–
drés en el
D t'ct/omt.
(col.
782) ,
anota lo
siguiente , para mayor declaración , en la
B ib/ioth.:
<' Lopez de Arbizu ne cite pas cet
ouvrage,qui cependant appartient au
P .
An–
dres, comme on le voit par la
CeteStera.
Ce
n'est, il me semble, qu'une édition augmen–
tée des ouvrages du meme genre publiés par
le P. Engelbert Ewich et Michel va n Tri est,
to us deux ]ésuites»
(!,
352:
cfr.
rx,
1265).
Ciertamente que no haría mucho en con–
trario el silencio de López de Arbizu en el
artículo que dedica al P . Andrés en su
B t'·
bliotheca
(págs.
-+3·45),
y aun en el cum–
plido elogio que trae de su vida y escritos
en la
H ist.
Ms.
del Coleg z'o de Zaragoza
(m ,
426-43 1),
si el texto de la
CettSttra
fuese tan explícito como se lo imagina Som–
mervogel, y hubiese algún fundamento para
admitir como
dirigida~
al P. Andrés las
gracias de que nos hablan Latassa y sus co–
piantes. Pero, por mala suerte , es tan gra–
tuito é improbable esto segundo
1
como for-