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ESTUDIOS INDIGENAS.
acompaiiadas de alguno que otro trofeo de guerra;
ya representan, .finalmente, la baJada de las agnas, la
epoca lacustre, cuando los indigenas podian atracar
SUS
canoas t-"n las aguas del Orinoco, a las rocas que se
levantan hoi sobre el actual nivel de la corriente
y
que
llevan en sus cimas .figuras pintadas.-En estos casos,
sobresalen en el cuadro una
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mas embarcaciones y
la .figura de la rana.
Sabese q ue los Ohaimas, Oumanagotos, Tama–
nacos y otras naciones originarias del pueblo' Oaribe.,
adoraban al sol y la luna; y que para ellos la rana
fne el dios de las arguas. Re.fiere
~uiz
Blanco que los
Oumanagotos nunca niataban las ranas,
a
la que te–
nian como uno de sus animales domesticos, castigan–
dola cuando no llovia. (3) No es pues de extraiiar
qne figure este animal entre los jerogli:ficos del Ori–
noco, donde los Oaribes del tiempo de la conquista,
conservaban la tradicion del "l1ltimo cataclismo geol6-
gico . del continente americano .
La semejanza de las :figuras, hasta en sns mas pe–
queiios pormenores,
y
la ausen.cia de caracteres
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de
escritura manifiestan que, las tribus indigenas de Ve–
nezuela no pasaron en su.s dibujos de la idea
- simb6lica y que, en machos casos, su pictografia puede
considerarse como de un caracter pu-ramente mimico
6
:figurativo. Sin en1bargo, la mayor parte cle ellas recner–
dan u_n becho, un mito, uua tradicion que ha pasa–
do de padres
a
bij os y se ha cons@r\ado en el tras–
curso de los siglos, como veremos mas adelante.. Onal–
quiera que sea el sentido de estas fignras
y
el obje–
to con q ue fueron escul pidas sobre las rocas grani–
ticas, no dejan de merecer por esto el interes de aqne–
llos que se ocupan eu la historia E..los6fica de nues–
tro planeta, ha dicho Humboldt . El respeto, por otra
(3)
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BLANCo.-Conversion de Pfritu.