lfE LAS SALiNAS.
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contentándose con el daño que habian hecho
é
fallándoles
ánimo para resistir más á los·cristianos, se fueron huyendo.
Los españoles que babian saltado en tierra fueron ribera
del rio arriba más de legua
y
media, que habían descaido
de donde habían de ir
á
salir,
é
con Ja guía que llevaban
fueron á un pueblo que
s~
decia Sie.telinga, en donde baila–
ron muy gran cantidad de yuéa,
é
ajes,
é~s,
é otras
comidas, é maíz aunque estaba en berza. La balsa que se
babia ido por las corrientes del rio, salieron
á
ella algunas
balsas de indios, con voluntad de matar á los que en ella
iban,
é,
aunque tres cristianos que iban dentro procuraron
con mucho ánimo de se defender, no pudieron dejar de ser
heridos por los indios,
y
al fin,
á
su pesar, tomaron tierra
é
fueron por el rio arriba adonde estaban Juan· Alonso Palo–
mino y el Maestre de campo Quijadu; é cuando los vieron
recibieron mucha alegría,
é
más en saber que babian visto
una muy grande roza llena de maíz. Desde allí enviaron luégo
tres baTsa.s de maíz
á
la gente que quedaba en el real, que
muy tristes estaban ya por no haber sabido nueva de ellos;
é
como supieron la comida que habian hallado, recibieron muy
grande alegría, cobrando parte del ánimo que ya tenian per–
dido en verse tan fatigados é angustiados: é desde allí se
pasó luégo el rio é trujeron aquel maíz que habian visto. Con
la ym,a
é
otras raíces se sostuvieron allí mes
y
medio,~mer sal ni carne de que no poca necesidad tenían; é todo
esto que hallaron resultó de aquel indio, que ciertamente to–
dos ellos perecie1·an si no hallaran aquel poco de bastimento.
É
despues que hubieron estado el término que digo se partie–
ron de allí, y fué gran yerro porque si invernaran en aquel
rio,
á
una parte é
á
otra de él no dejara de haber algun bas–
timento,
é
pudieran, con gente suelta, vol ver
á
la <;abana
y
descubrir enteramente lo que había. Mas como al capitan que
descubriere le falte experiencia
é
ten_gr1 poco sufrimiento, po–
cas veces ó nin3una acertará .