DR LAS SAÚNAS.
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j
El ruido que el agua hacia entre aquellos
espeS.osmontes
·1
eya lanto, que unos
á
otros
.no
se podían entender; el sol por
ellos nunca jamás era_ visto.'
y.
babia
~na ~scurid~d
tM
tris.te,
qu~ v.erd~deramente.
parecia .aquella tierra.ser
m~
para tor- ·
.. -
~n:;iento
de clemoni'os..q,ue no para babitarla
fa
gEinte
hum~n·a
..
·.
La gente de .servi:cfo
á. ~ás
andar iba toda .pereciendq·. Con la
. retaguardia siempre los·
~apitanes
mandaban qt\e las eséua–
dras viniesen; del bagaje que traían ya lo más se babia que-
dado.
É
como la hambre creciése , conformándose con su mi–
s~ria,
mataban para comer .los caballos ;
y
de
ésto~~
miembro genital era por ellos comido; las tripas
é
inmundícias
no se fatigaban por mucho las lavar, de í'.:ualquier suerte co–
mian lo que podían haber. Como con todos estos traqajos
é
aflicciones aún no pudiesen andar por aquellos caminos, por
las grnndes ciénagas
é
rios que hallaban, forzosamente
é
contra su voluntad acordaron de revolver sobre el rio para
desde allí acordar lo que harian;
é
vueltos al rio , en aquel
pequeño pueblo que junto- á la ribera de él estaba se quedó
Juan Alonso Palomino con diez
y
siete españoles, para poder
tomar algun indio que los encaminase
é
guiase por dónde ha–
bian de ir. Juan Alonso era hombre tan entendido en la
~uerra,
así de indios como de cristianos, que conociendo que los in–
dios se haiíian de retraer
y
esconder en parte que no los pu–
diesen halla1· , determinó con sus compañeros de se poner en
una emboscada tan ocultamente. que no fuesen de ellos
vistos.
El real ya de allí era partido; Palomino estaba en la ce–
lada puesto,
é
dende
á
un rato vieron que diez indios con
üeras cataduras,
~nos
de
E.inturas_, las armas en las manos,
las mantas ceñidas, venían en unas balsas,
é
llegados
á
la ri–
bera del rio cuatro
ó
cinco de ellos, viendo
á
unas indias de
los cristianos que de cansadas se habían quedado, quisiel'on
ir para las tomar y tirarles la ropa que traían vestida ; ya
que estaban despojándolas, salió Palomino con los ciistianos
que e taban con él
á
procurar de tomar alguno , é fué Dios
servido que un Antonio de Marchena, natural de 'illagurcía