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DE LAS SALINAS.

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hiciesen grandes oprobios,

é

que no creyese

ya

había de ha–

ber amistad verdadera entre él

y

los Pizarros, y que quien

aquello ignoraba harto era de poco juiQio;

y

que conociese el

tiempo y .se apr?vechase con diligencia dél, porque en los

casos de honra no ha de haber inconvenientes para que se

deje de poner en ejecucion lo que conviene. Y que se acor–

dase de Pedrárias Dávila la muerte que dió al Adelantado

Vasco Nuñez de Balboa, siendo su yerno,

é

lo mesmo á Fran–

cisco

Hernand~z;

é que si él no hiciese dellos lo mesmo, que

Dios era el que sabía el fin que sus negocios tuvieran, porque,

en estas partes de las Indias, aquel que se adelantaba é que–

daba superior siempre prevalecia; é que cuando Cortés pren–

dió á Narvaez era Gobernador del Rey, é que nunca aquella

muerte á Cortés le costó nada: y pues aquello conocía, que de

qué se encogia su corazon ni se acobardaba para no ver ó ser

Gobernador de lo que el Rey le dió. El Adelantado le respon–

dió: «yo tengo presos á Hernando é á Gonzalo Pizarro, é

á

Alonso de Al varado, é á Gomez de Tordoya, é á otros de

quien D. Francisco Pizarro tiene gran confianza, é nuestro

campo con. la gente que aquí hobimos lo tenemos tan engro–

sado, de tal manera, que muy fácil cosa nos será si el Gober–

nador no quisiere desocupar los términos de mi gobernacion,

que se extiende hasta el valle de Lima, ir contra él é hacer lo

_ que decís, ó aguardar á que el obispo D. Fray Tomás de Ber–

langa venga por su persona á sentar los límites que cada uno

há de tener, é nenguna cosa nos será contraria para esto

conseguir, pues tenemos en la ciudad de Los Reyes tantos

amigos: y en eso otro que decís de Pedrárias, yo sé ese

cuento cómo pasó,

y

es diferente de nuestro negocio. Rue–

goos que no os congojeis, que Dios guiará las cosas de tal ma–

nera que no vengan á más rompimiento. Orgoñez, echándose

mano de la búba: «así plega

á

Dios que sea, mas de mi con–

sejo no se dejara de

ir

á Los Reyes, porque D. Francisco Pi–

zarro, de que sepa las cosas de por acá, él se rehará de gente

é no le faltarán hombres bien expertos, é que sepan seguir la

guerra é tratarla sin temores». Y el Adelantado mandó luégo