DP. LA
SALl~AS.
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die en
6
matasen. Alvarado conocía claramente sn perdicion
por lo poco que le acudían, é queriendo defender e, vido
que lo d Chile ya andaban mezclados con lo u ·o ,
é
ha–
bían mu rt
á
dos dellos
é
hirieron
á
otros al
0
uno , como era
1
rdacl;
y
r:-oi1ez decía que prendie en ' no mata en,
porque no v nian más d
á
ollar lo preso ,
y
que la provi–
sion reales fue en obcd ciclas. Gomez de Tordo a
fu
luéao
pr o; Alon o de Alvarado, ncirna de su caballo, ubi<l la
·u ·ta de In i rra arriba, que yendo andando todavía on u
lnnza
1
no abiendo que ha ria, parecióndole unas v ces de e
hac r fu rte en alauna parte,
y
otras de olver al río
á
r i
todo lo ·u o e taban de baratado
é
vencidos
1
é
no que–
riendo ha cr nenquna coa de tas, determinó de subirá lo
alto
á
reco
0
r
1
!"Onte
que allí tenía
é
irse
á
juntar con Gar–
cila o
uo
la g .
É
queriéndolo a
í
hac r, Rodrigo Orgoñez,
qu n perdí punto en lo qu vein que era necc ario, mandó
que
1
fue n in-ui ndo
é
procurasen de le prender, pue to
p rol ra, lo que tenian los caballo ménos fatigado le fue–
ron iauiendo ·
é
como aquel camino fuese tan malo, no pudo
Alvarnd d vi r e
1 1,
ni por el ra Lro que llevaba dejar de
r alcanzado conocido, 6, iendo muchos lo que
1
alcan-
7.nron '
1
solo, le prendí ron
é
le llevaron al Adelantado.