328
GUBRRA
.CAPÍTULO
LXIV.
De las cosas
'CJ'ij~
más
pasm;o~
en. la ci_udad del Cuzco .despues
que los
dp
Paéhq..cama rioba1:on la mayol' parte deUa;
d.
cómo
.él Adelqntado
fue
prcso'é _lo mes"'!º otros caballeros.
Luégo la batalla fué vencida é muertos en ella de la
parle de Hei·ñando Pizarra solamente nueve,
y
el ca pitan Eu–
genio de l\foscoso salió tan mal herido que
á
pocos dias mu–
rió; é de la parte de· Almagro murieron en el campo
y
des–
pues, pasados de ciento é veinte, entre los cuales fueron
muertos algunos hombres valerosos. Mas¿ para qué quiero yo
contar particularmente las crueldades de mi nacion? huya,
pues, mi entendimiento de esta parte de Ja batalla é dójela
sin escribir, puesta en tinieblas de olvido, porque ningunas
gentes aprendan tan grandes males, ni sepan por mí cómo en
las guerras civiles puede acaecer cosa como ésta, é mejor fuera
que se perdieran las lágrimas é.sospiros que
a
este lugar se de–
ben por las muertes que los crueles unos á otros se dieron;
mas ya que yo quiera callar el incendio de esta batalla, ¿con
qué fundamento escribiré las <lemas, pues de aquí nació la
causa de haber tan grandes males en esta miserable tierra?
É,
aunque con pena, referiré las cosas que pasaron.
El Adelantado estaba en la fortaleza, como dijimos, é luégo
como la batalla fué vencida se fué para allá el capitan Alon o
de Alvarado, é despues de haber tenido algunas pláticas con
él lo sacó del cubo,
é
llegado en aquel instante el ca pitan
Pedro de Castro , viendo cuán feo de rostro era el Adelantado,