D. MELCHOR DE NAVARRA Y ROCAFUL. 309
general de los indios y con haber confiado el
repartimiento de 2 29 mitayos á una junta
compuesta del Arzobispo de la Plata, el
Pres~dente de aquella Audiencia y el corregidor del
asiento Conde de Camillas, todos tres personages,
que conocían bien el estad de Poto i. Real–
mente el número de mitayos, que ahora se seña–
laba, era algo mas del doble de los que se ente–
raban ·en lo último años, in que por e o pare–
ciesen ma oprimido los pueblos afecto antes á
la mi ta . E ta se habia extendido
á
otras catorce
provincias para que fuese roa llevadera ; y tam-
bien se h
u aüo
Ja
ali
~o,
eugiendo de
cada pueblo no
ri o de u com ingente activo,
sino 1
redu ie:n o
á
un a las dos se-
~
man
e de canso, que nominalmente se con-
cedian por reglamento á lo mitayos. Otras
precaucione tendían
á
evitar abusos. Mas, pres–
cindiendo de que e tos nó e habrian evitado
y
d que la reint gracion d 1 mita podia acre–
e ntar la renta
rl
lo favorecidos, ma no sacar
de su po tr cion las empobrecida minas; toda
las e peranza del irey reposaban obre su
pue to fal o ·
y
e pecialmente sobre su imper–
fe tí imo cen o.
reía el Duque de acuerdo con opiniones res–
petables que la disminucion de mitayos no