CAPITULO
Il I
LA AUDIE CJA
1672 - l6i4.
El padre Castillo sobrevi
vi6
pocos meses
1
onde de Lemos. Hacíanle padecer mucho varia
personas que
habi.anenvidiado su privanza,
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le
creían fundadamente consejero de séveras prov i–
lencias. El confesor del Vi rey, en su ardiente
celo por la gloria de Dios, no se habia limitado
á
inculca
m<t>ral e w:mg .·ca- tanto e el con-
n el
lpi o, sino que· había
·ep s·on de lo escán-
or su e ejos se 1a ian prohibido
on di versas pen s los cantares y bailes lascivos,
junto con toda provocacion al pee do. Y no se
ciñó u nta solicitud
1
recinto de Li1na, ino
que procuró desterrar los desóraenes de la vecina
co1narca . Aunque Chorrillos estuviera todavía
reduci lo á miser bles ranchos de pescadores, ya
afluían allí por P ascua de resurreccion los ami–
go de divertirse ' sus anchas . Para celebrar la
fiesta de San Miguel, acudía á Lurin la gente
ma atrevida
1na
edienta de placeres. La