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LA UDIE
IA.
.
tada en u
antas obras . El contágio, que ya
hehia recibido, la sofocacion
y
la · vergüenza le
causaron una :enfermedad, que acabó
con su
sal u quebrantada,
y ·
le hizo fallecer en poco
.días, digno de ser colocado en los altares .
Los buenos cristianos lloraron la 111uerte del
padre Ca tillo como una pérdida irreparable. Mas
su obra no murió con
él.
Conserváronse su
santas fundaciones . Muchos esciavos , que habian
seguido
~·us
nlisiones , murieron en olor de santi–
dad. Margarita de
risto
y
otras Magdalenas
perseveraron en la penitencia. Camacho, gua-
'
peton esahnado, qu era ilno de u convertidos,
"'·""'-'""'un nuevo
ef
a,
n las cos-
"'"'
~,,,_
ejemplo
y
doctrinas, era
tanto mas importante, cuanto que
la nueva
sociedad corria el riesgo de incapacitar e para
.
sus brillantes destino por una coreupcion pre–
matura. Por m
abatida que estuviese la gente
de color, ejercía un influjo incalculable en la
mor
1
pública, comunicando las priineras inspi–
raciones
'. las cla e,s ma
elevadas, á las que
criaba, ser ia de de la cuna
y
hacia re pirar,
toda la vida, u atm6 fera ocial.
Las buena
co tumbre encontraron tambi n