CONDE DE LEMO
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caridad y devo,cion. Prodigando la limosnas en
todas ocasiones, dispensó una proteccicm deci–
dida á los Beletmitas, órden hospitalario recien
fu ndado en Guatemala por Betancour, y q:ue en
Liina se encargó de los convalecientes asistidos
en el hospital de Santa Ana; como á principios del
siglo habian tomado á su cargo la convalecencia
de San Andres los hermanos de San Juan de
Dios, á quienes fué cedido el hospital de San
Diego. Con mayor empeño atendió el Virey á
la fundacion de amparadas, que su confesor el
padre Castillo habia solicitado en vano de sus
antecesores.
qu l ecogímient@ e i poir objeto
poner á las pee Cloras arrepentíéLas al abrigo de
la miseria,/ que
udiera hacerlas caer de nuevo
en el fango de la prostitucion.
a estaba ter–
minado el edificio y en disposicion de recibir á
las penitentes Magdalenas ; pero las que habian
sido bastante desvergonzadas para desafiar escan–
dalosamente la censura pública, se avergonza–
ban de confesar su arrepentimiento. Con n1ofa
de muchos veian angustiados el Virey y su padre
espiritual la esterilid·:td de sus
~acrificios
y
esfuerzos, cuando algunas pecadoras públicas
e decidieron á hacer manifiesta su en1nienda
y
no tardó en poblarse el benéfico ásilo, que fu é
inaugurado con gran solemnidad.