ONDE DE A TI TEBA
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'que
visitase~
los obrages no
pu~iendo
negárseles
la entrada· que fue e c so de residencia para los
corregidores la infraccion de la ordenanza ; y que
esta se leyera
así
en
las
visitas como en la elec–
cion de alcalde ' d hiendo xi ir una copia de
ella, tanto en lo obrage , como en las cajas mu–
nicipales.
Si es fácil reconocer las buena intenciones que
presidieron
á
la formacion de una ordenanza tan
notable ; n
e ne e itan profundas reflexiones
para ·convencerse de que eria una letra n1uerta,
como las
o iciones encaminadas
á
mo-
derar los :oc e
e auto-
rizaba el tr
Cl.e los fuer–
ente explo-
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a.
La codicia no
ace ningun ca o de las leyes
mas tremendas cuando us víctimas son dema–
siado tími da par quej r e, y poco podero as
para alcanzar ju tici . P r otra l r e aunque los
amigo de lo indio
e e ban remedio eficace ;
no e taban firn1emente a o ad
or la opinion
pública úni a fu rza capaz de de arr· i 'ar injus–
ticias ·secul
1
es, que han cread intere e preco–
minan tes . La a encion dei gobierno y de lo par–
ticulares no tardó en dirigir e
á
cuidados ina