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tes y desconsolados hombres, a grandes bozes
dixo: ¡Vela, hermanos, vela, vela! soco rro es que
Dios
uestro Señor nos embia, y luego acudie–
ron todos y vieron que era assi, y de grande
alegria comenc;;aron, las rodillas en el suelo, a
cantar, Te Deum laudamus. Llegado, pues, el na- .
uio, aunque. no sin· peligro, por yr descubrien–
do las rocas que estauan delante, surgieron de·
llas vn tiro de vallesta, mas como no vian a los
que estauan en tierra sospecharon que todos
·estauan muertos, y fue la causa estar todos pues–
tos de rodillas dando gracias a Dios ·por tanto
bien como les hazia. Mas despues que· se leuan–
•taron d_ieron vozes a los que venian,
y
ellos res–
pondieron con presteza
(1) .
luan de Arenas, Fran–
cisco Gomez,
y
Vallester, y
tras ellos los dos
pilotos y marineros, saltaron en
tierra y los
abrac;;aron ·a t.e>dos con grande amor y buenas
entrañas, sin acabar de dalles mil bendiciones.
Acabado esto sacaron mucha abundancia de ce–
cinas, gallos de papada y muy gentiles capo–
nes y gallinas, agua,
vi~o,
tozino, conservas, fru–
tas y biscocho blanco, con ynfinitas cosas de
gran substancia; y con esto luego dieron. a cada
vno vestidos limpios y ropas nueuas, porque es–
tauan todos ellos desnudos , y descalc;;os ellos
y
-ellas. Y luego se pussieron [en
J
las ollas a co–
zer
muchas cosas buenas
y
se tendieron los man-
( 1)
Tachado:
primero.