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c a bildo se pla tico entre e llos d e
la
m a n e r a y como
lo a u:ia n d e r ecebir y las cer imoni as que le a uia n
d e h a zer en su r eci bimie nto . A lg unos r egidores y
cibdada nos que e ntonces queria n mucho a l tira no
y l e e r a n muy afficiona dos, dixeron q u e fuesse r e–
cebido con p a lio , como r ey , pues l o m e r ecía muy
bi en , que los a ui a pues to en liber tad
y
esfau a n ya
eguro
e n s us. casas s in t emor de l a soberu ia de l
V is orrey
y
d e l as· H or denarn;as. O tros fu eron d e
pa r escer qu e se abriese call e nueu a po r las casas
del C onta d or A lons o d e Cacer es, Contador del
rey, por donde en trasse el tirano como tr iumpha–
do r , p ara qu e quedasse e n perpetua m emor ia de
la v itoria que a ui a a lcan<;ado del Virrey, y que se
llam asse de ay adelan te la call e de la Libertad. El
Licen ciado Carauajal,
q~1e
se h allo presente, dixo
que no se h iziesse lo v no ni lo otro, porqu e seri an
n o tados de algun a cosa que no les estuuiesse bien
a sus
h on rr~s
y fam as, sino que e r a m ejor se en–
ta pil,'.assen
y
entoldassen las calles por donde auia
de en t r a r , con algun os a r cos rosales.
Y
que a su
pa r esce r a que llo bastaua,
y
no de la manera que
e ll os lo hordenauan, y todos se concordaron con
esto
y
luegu el Lice nciado lo escriuio a l tirano
y
e l lo tuuo por bie n hordenado. Otro dia por la ma–
ñana, que fue martes, se puso en camino con mas
de doscientos hombres de a cauallo
y
arcabuzeros,
que la mitad dellos lo auian salido a recebir, y jun–
to a la cibdad estauan muchos hombres de a ca–
uallo y .m uchos arcabuzeros d e a pie, los quales
e caramuc;aron vn rato delante del. Yendo mas
adelante, e tando junto al rio de la cibdad salieron