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vn mensa jero, que era su cri ado Juan Bapti t a
d'Escobar , haz iendol e saber por carta de su llega–
da a ti erra
y
de sus prosperas sucesos, pidiendo le
hizi esse mercedes de lo mu cho qu e auia hecho en
su serui cio, y le dio a ent ender que ant es que sal'
tasse en tierra y aun antes de le entregar la a rma–
da auia de ser gratifficado. Lo que este cosario
pedi a a l tirano era que le hizi esse merced del a l–
mirantazgo de la mar del Sur, como s i fu era rey
que lo pudi er a hazer ,
y
mas que le diesse vn buen
r epartimient.o en el Cuzco qu e r entasse mas de
ciento y veinte mill pesos de oro de minas, pa ra
sustentar el estado que le aui a de dar. Tambien le
apunto en la misma ca rta que si luego no le haz ia
la dicha mer ced que le pedi a, que el e taua en la
ma r con aquella armada como en castillo fu erte
y
s eguro , y qu e tenia el
j~ego
entab lado
y
quejuga·
ri a como el quisiesse,
y
assi le embio a dezir
ot1~as
cosas muy desa tinadas. El mensajero se partio
con g rande priessa con es ta carta,
y
hallando a
Gon<;:alo Pic;:arro en Trux illo, segun hemos di cho
que era a lli llegado, le dio la can a que lleuaua
y
le conto de pa labr a todo lo sucedido en Tierra
Firme. Gonc;:alo Pic;:arro r e cibio los despachos
y
mostro tener gr andi ssimo plazer del buen suceso
q ue Bachicao auia tenido en su viaje,
y
por otra
parte recibio g r an pessar porque le quissiesse
vender tan de contado
Ja
ventura que como su ca–
pitan auia alcanc;:ado,
y
la gente
y
armas que con
su dinero y en s u nombre auia hecho y tomado en
diuersas pa rtes por donde au ia andado. Sin duda
ninguna el tirano le mandara luego quitar la ar-