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remos. Pues nauegando este endiablado cosar io–
por su mar ade lante y au ienclo llegado en derecho.
del puerto de Zalang o, hizo vn hecho ml!y malua–
do y endemoniado y de gran crueldad, digno de–
ser muy abominado y bien detestado. Y el casso,
fue que el capitan Martin de Olmos, que yua en la
nao
lmiran ta, y por piloto Juan Ca no, y por–
mae tre vn estran o·ero llamado ful ano Cola, y que–
ri endo ha bl a r con la ca pita na , con ynaduertencia
y descuydo del marinero que gouernaua la nao,
topo con ella. Creyendo e l g ran co a rio que lo.
auian hec ho de ma licia, sin ma
consideracion y
in espera r a •g una desculpa, azelera damente
y
con endi ablada furia la ma ndo lomba rdear y he –
char a fondo par a que todo
los que ) uan en e ll a
e a hoga
en, y tir ando mataron tres olda do
y
a otros hirier on malamente . Vi endo e to el capi–
ta n
Ia rtin de Olmos e pu o al bordo de la nao
on o·ran 1·iesgo de u per ona y le upli co muy hu-
millmente que por amor de Dio
tuui e
e por bien
de a pl a a r vn poco u yra
y
enojo y no los qu i ie–
e mata r a todo , ni hecha r a fund o, porque no
tcni a n culpa, y que ynocentemente y
in ma lic ia
e auia hecho porque e l ma riner o que g-oue rnaua
la nao no au ia mi rado en tanto. P or e to que far–
tin de
lmo d ixo ce o
!
lomba rdear, aunque no
u enojo y brauo idad, ante mando luego al ca-
pita n hiz ie
e ahor ar al mae trc Cola y al piloto
J uan
ano y t r a ell o a Pedro L opez,
aro-ento
le u compañia.
e te mandó ahorcar porque no
dio aui o que e taua obre cubierta al ti empo qu e
la nao
lmiranla yua a to ar con Ja Capitana ,
r