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otros aparejos ne ce a rios para la guerra, y con
ochocientos hombres y s eis capitanes . Sucedio \·na
cosa liuiana, y fue que al tiempo de su partida e l
alcalde ordinario de la cibdad mando traer dos ba r -
.
.
cos (1) g-randes para que en .el vno se embarcasse la
gen!e
y
criados suyos para los ll eua r a los, nauios,
y en el. otro para que se embarcasse el
y
toda su
ropa que auia robado,
y
vna manceba qu e teni a ,
con otras muger es que se yuan con ella al Peru.
Y
porque es te ba rco r e cibio un poco de ren es, como
s uele acontecer, aunque no fu e nada, ni r escibio
daño ning uno, comenc;:o Bachicao de dar g randes
bozes como loco desa tin ado, diziendo:
¡muera11,
1~iuera.n
los traydores!;
y a lr1s bozes que dio acu·
dieron luego muchos de sus minis tros , diziendo lo
mismo, como hombres regidos de Yn hombre en–
demoniado.
Y
con aQ)_uesto se fueron todos a la cib–
d::i.d por Yna call e arriba, a casa de l alcalde hordi–
nario, que y erdaderamente se tuu.o creydo que
yuan
a
saqu ea r [en] e l pueblo lo que au ia qu edado,
de que pu so a todos en gran cuydado . l\Ias luego
se entendio que yuan a matar al alcalde, el qual
estaua a su puerta muy descuydado, si no fuera
por Gomez Arias de Azeuedo, su gra nde amigo,
que prestamente le dio aniso con vn negro lad ino ,
y sin duda le mataran si no se sa liera de su casa
por vna p·uerta falsa,
y
se fu e a esconder a casa de
vn su vezino. Pues c'omo no le ha llo,.se boluio ha–
zieildo muchos. fiero
y
d iziendo mill ynjurias a l
alca lde hordin ::i. rio, como si tuui era culpa ,
y
con
( 1)
i\ls.
barcas.