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accidente fue aquel, tan grande que cegó a v.
s.,
que no le dexó ver lo que hazia? sino que con
S?
propias manos, como verdu ·o, aya muerto al Fac–
tor, el qual siempre se mostro en todo por ver–
dadero criado 3 vasallo de Su Mage tad y o-ran
seruidor de v. s., segun fama y v oz d e todos. Pues
que esto se 4a hecho sin consideracion ni con e–
jo,
y
v. s . ha determinado que todo nos p erda–
mos, bien s era que se abroquele con animo de
va–
ren constante a todo el mal y daño que le pudiere
venir de aqui adelante, porque descubriendo el se–
creto de lo que passa 3 de lo que se diz e en esta
cibdad entre muchos vezinos y morador es della y
entre ciertos soldados mal mirados, es lo que br -
uemente podre dezir.
Sabra v . s. que -dizen los mal yntencionado
desta cibdad, pues que v. s. mata a los hombres
con crueldad, que tienen ellos determinado de no
seruille,
s~no
dexallo y dessamparallo al mejor
tiempo quando esté enfrente del enemi o-o , e yrse
a parte donde gentes no los vean , pa ra assegurar
alli sus p ersonas y vidas, pues aca los maltratan.
¿No tuuiera v. s. attencion que los enemigos tene–
mos cerca, que ya estan dando aldauada. a nues–
tras puertas, amenac;andonos con la batalla? ¿No
se reportara vn poco en las cosa s que dize que ha
de hazer despues de la b a talla, qu e no sabemos a
que parte dependera la (1) vi toria, porque veo con
tales ojos a los soldados que ninguno dellos que–
rra seruir a Su Magestad corno son qbligados, por
(I ) Tachado :
batalla.