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á
poblar la tierra de los llanos, porque en ello e
haria gran seruicio
á
Dios
y
á
Su Ma ·e tad;
1
por
tanto los embio
á
llamar, dandole toda la se;u–
ridades gue pidieron, por escripto,
y
firmadas de
u nombre. Gomez Perez se fue
y
lleuó los r ecau–
dos que pidio, mu}
á
su voluntad, de lo qual e
holgaron mucho Mango Ynga
y
Diego iendez y
su compañeros,
y
al tiempo que todos e querian
salir, el Mango
Y
n ·a y Diego Mendez juo·aron
á
los bolos como otra vezes lo auian h cho . Y como
el \ nga era vn poco tramposo, y el Mendez que
no. lo podia sufrir, uvieron malas palabras entram–
bos,
y
Diego Mendez arremetio
ú
él con gran
furia y enojo, y desatinadamente le dio de puñala–
<¿a
y!º
mató. Estaua toda la corte y ·uarda de–
laute, con muchos soldados yndios que e tauan
en t-;uarda de su Real persona, y como los suyos le
vieron matar tan repentemente arremetieron con–
tra el matador con picas
y
porras
y
otras armas,
al qual lo hjzieron pedac;os. Los españoles, su
compañeros, por faborescer al capitan español vi–
nieron a las manos; aunque eran pocos lo hizieron
bien, mas en fin y al cabo fueron mu ertos
y
hechos
p-.,dac;os a manos de los yndios, y
á
esta causa no
salieron, como todos lo desseauan; que salidos que
fueran
estuuier~
la tierra muy buena y rica. Tor–
nando a nuestro proposito digo que ·entre los ca–
ualleros qqe vinieron con el Virrey desde España
fueron, como hemos dicho, el Factor Carauajal;
el Contador Caceres; Diego de Agúero; Antoño
Solar y otros vezinos de Lima
y
del Cuzco que
auian ydo
á
España
á
negociar con el Rey cosas
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