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ambiente. Es verdad que nuestros pa·
· dres alcanzaron Is libertad material,
Ja independencia histórica,
y
que se
halla establecido el régimen republi ·
c~no,
¡gran conquista!; pero
ee
preci·
110
afirmar el gobtsrno de la libertad,
libertad politica
y
libertad
privada;
la justicia, estabilidad
y
respeto
á
las
instituciones, la seguridad social; el
Estado fuerte, la nación patriótica
é
instruida, laboriosa
y
rica. (175].
Para conseguir
ese
resultado hay
que
corregir loli
hábitos
y
costumbres
de
las
razas, destruir esa
epa.tia ob·
servada por los políticos é infundirles
el carácter
de
que cRrecen. 1,Pero, será
pm1tble que
las razas mestizas del Pe·
rú
se aleven
a\
esa altura; serán capa·
ce" de
progresar!
E~te
es el primer punto que resuel·
ve el doctor Prado, rechazando «la
afirmación, inc.>ncebible de Le Bon·
quien supone que de la
mezcla.
de la
fiera
y
ardiente raza espafiola del si·
.glo
vn,
con poblaciones inferiores,
han
nacido
«naciones
bastardas,
sin
eoergia, sin porvenir
y
completamen·
te
inc~paces
de aportar
la más
débil
contrlbuoion al progreso de
la
civili·
z
ción111 (176)
176
Discurso, pág.
181-2·
1?6 Dilcuno, p6g. 180-1
2.