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~
Con toda la serena imparcialidad,
propia
de ue pensador, ei Dr. Prado
DO
trepida
un solo m<>mento en decir
la verdad. Las severas «lecciones de
la
e~perieDeia»
nos
ensefian
que
no
te ·
nemos mas
aptitud para
el
prügreso
qoe
la de «modificar nuestro carácter
y
nuestros hábitos.» (177)
Para ello no
hay
sino los dos medios
sefialados con
toda
claridad:
ednca–
ci6n
é
iomigración.
Es decir,
crear
lo
que no
tenemos
y
necesitamos, por
una
parte;y
por otra,
poner en práctica
el
medio de
apropiarnos,
de traer de o·
troa
paises eso
que
Dos hace falta: el
car,cter
y
los hábitos de
trabajo
y
li–
bertad.
·El prime,r medio es lento
y dific11l ·
toso,
casi imposible qne
por si
solo
dé el resultado apetecido; por eso
el
autor ha pue
to
en primera linea el .
segundo,
cayo resultados aon seguros
y
faailitan mucho el
establecimiento
del primero.
Como hemos dicho, cabe
escribir
todo
un libro sobre ambos
y
sn
apli ·
cación en el
Perú.
Cualquier quien
ae e1 que lo ejecute m
ftana, qnéd ·
le
l
dootor
Prado la gloria l
ti ·
fl\cci6n
de
haber descubierto el
177 Diseuno;
pág.
l l.